Promesa: una cita olímpica sin ETA

La estrella de las jornadas de ponencias que se celebraron ayer en el hotel Villa Magna fue el ministro del Interior, Alfredo Pérez-Rubalcaba. Tenía que hablar de seguridad. Y fue "contundente", según el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Tanto, que incluso se atrevió con un vaticinio: "Trabajamos con determinación y con la confianza de que el ministro de Interior de 2016 no tendrá que preocuparse de ETA".

Sabía que daba un titular, pero la amenaza de la banda terrorista es uno de los pocos reproches que se le puede hacer a la candidatura olímpica madrileña.Todavía retumba la pregunta que hizo Alberto de Mónaco hace cuatro años en Singapur. Para muchos, ése fue uno de los motivos por los que Madrid perdió los Juegos de 2012. Pero ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, despachó ese capítulo a lo torero: "Lo de Alberto de Mónaco es agua pasada". También fue prudente. "ETA todavía puede hacernos mucho daño. Pero estamos muy bien preparados. El Estado es hoy más fuerte y ETA más débil", proclamó el ministro. Y en la candidatura se quedaron encantados.

El ministro garantizó que no habrá atentados durante el evento deportivo. Y la estadística, dijo, le avala. Recordó que en 1982 España celebró el Mundial de Fútbol sin ninguna aparición de la banda terrorista. Lo mismo sucedió durante los Juegos de 1992 en Barcelona. Por eso, y aunque aseguró que la comisión no le preguntó específicamente sobre el tema, garantizó la seguridad total para los Juegos.

Para ello, se creará un mando único policial que contará con unos 73.000 efectivos. La seguridad estará garantizada en Madrid y en todas las subsedes que tenga en España. Y el coste de todo el despliegue lo asumirá el Gobierno central.

También pasó por la sala de ponencias el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. A él le tocaba hablar de la lucha contra el dopaje y de las medidas que se adoptarán. La rueda de prensa fue un poco atropellada porque la Casa Real apretaba con la recepción de los Reyes.

Lissavetzky prometió tolerancia cero y recordó que sólo hay cuatro países en el mundo, España entre ellos, que tienen dos laboratorios acreditados para detectar cualquier sustancia anómala que pueda afectar al rendimiento de los atletas.

Además, sacó a relucir la contundencia con la que se actuó en la Operación Puerto (dopaje en el ciclismo) y el proyecto del pasaporte sanitario, una suerte de tarjeta con chip en la que consta la información médica de los deportistas, incluidos los controles antidopaje que pasan.

Por la mañana, sin embargo, se había conocido la entrevista del responsable de la Agencia Mundial Antidopaje, David Howman, con una agencia de noticias alemana criticando la legislación española antidopaje y su posible impacto negativo en la aspiración de Madrid de llegar a ser olímpica. Lissavetzky se fue tras la ponencia a Montreal a una reunión de la Agencia Mundial Antidopaje. Se supone que tirará de las orejas al que lo dijo.