Trabajadores del metal de Pontevedra paralizan el Salón del Automóvil
Unos 2.000 manifestantes ocupan el recinto ferial de Vigo durante todo el día
Habían anunciado una protesta "imaginativa" y no defraudaron. La celebración del Salón del Automóvil en el recinto ferial de Vigo (IFEVI) no fue ningún obstáculo para 1.700 manifestantes afectados por el convenio del metal en la provincia de Pontevedra, que se concentraron ante sus puertas a primera hora de ayer. Llegaron en motos y coches particulares a las instalaciones de Cotogrande, cerca del aeropuerto, con la idea de pasar el día y lo consiguieron. Su gerente, Arsenio Prieto, optó por abrirles el paso y evitó la intervención de la policía, que vigilaba atentamente a los manifestantes desde varios furgones antidisturbios. La marea pasó las puertas y se encontró con los Mercedes, Audi, Ferrari y Maserati instalados en los 23.000 metros del recinto. Antolín Alcántara, representante de la CIG, hizo un llamamiento para que los manifestantes no causasen daños. No pudo evitar que algunos se llenasen los bolsillos con el merchandising colocado en los mostradores o se sirviesen algunas cañas de los barriles dispuestos para el público. El Salón se transformó en el escenario de una asamblea de trabajadores industriales.
Los manifestantes, que apodaron al gerente del recinto ferial "compañeiro do metal", impidieron la entrada a público, azafatas y expositores durante todo el día, lo que, según el Salón del Automóvil, produjo unas pérdidas de entre 20.000 y 25.000 euros. En declaraciones a la Cadena SER, José Enrique Elvira, responsable de la organización, lamentó además que se hayan dejado de cerrar muchas operaciones aunque minimizó los daños materiales. Se cumplieron así dos días de movilizaciones que paralizaron unas 2.000 empresas de la provincia con cerca de 22.000 trabajadores. Los principales astilleros de la ría de Vigo fueron los más afectados por un conflicto que, a excepción del año pasado, se ha venido repidiendo desde 2006.
Los trabajadores piden una subida salarial del 6% en un convenio con un año de vigencia mientras que los empresarios (Asime), exigen un convenio para dos o tres años con incrementos ajustados a las variaciones del Índice de Precios al Consumo.
Las negociaciones se abrirán hoy tras el ofrecimiento de la Consellería de Traballo a reunirse con las partes por separado. Sin la amenaza de la huelga encima de la mesa, el conflicto podría comenzar a ver la luz a partir del lunes con un nuevo encuentro de la mesa negociadora. Desde los sindicatos ayer se quiso lanzar el mensaje de que, tras dos días, están unidos a pesar de la crisis y que no tolerarán que se les congelen los salarios en un convenio a dos años que califican de "trampa".
La patronal considera "intolerable" que los sindicatos actúen "por la fuerza, con actitudes que no son compatibles con el derecho a manifestarse" al tiempo que advierte que la crisis obliga a "todos" a ajustarse el cinturón.
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