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Columna
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Clima de miedo

Aznar está de promoción. Ha escrito otro recetario que sus seguidores han elevado ya a la categoría de nueva biblia. España puede salir de la crisis, reza el eslogan, perdón, el título del volumen.

No lo he leído. Creo poco en los profetas, y menos si son falsos. Además, ando atareado leyendo al premio Nobel nigeriano Wole Soyinka, que la próxima semana inaugura el interesante Festival Internacional de Poesía de Granada. Pero sí he echado un vistazo a las entrevistas que ha concedido a la prensa amiga el ex presidente Aznar para impulsar la venta de su obra.

El panorama que dibuja Aznar para este país es terrorífico. Sobre todo si sigue en manos de Zapatero, ese "ratoncito político", frente a estadistas de la talla de Churchill y De Gaulle, entre los que el periodista incluye a Aznar para regocijo de éste. Zapatero "está llevando al país literalmente a la ruina", por lo que debería dimitir de inmediato, concluye su antecesor. Aporta algunos datos, intencionadamente falsos. Por ejemplo, que España "fabrica nueve de cada diez desempleados de la Unión Europea".

La UE, sin embargo, sostiene en su último informe que España "fabrica", por usar la jerga de Aznar, la mitad del paro europeo, no el 90%, en el periodo febrero 2008 / marzo 2009 (ver Quaterly EU Labour Market Review Spring 2009).

Esta exageración premeditada, este tremendismo estadístico que practica el think tank de la derecha española remite a uno de sus aventajados discípulos, Javier Arenas, su hombre en Andalucía. Aznar-Arenas, el sonido y el eco, en palabras de Salman Rushdie.

En su permanente política de sembrar miedo, Arenas no tiene límites. A la patraña de la ilegitimidad del presidente Griñán, suma el alarmismo y la politización del paro. Cuando el paro registrado en las oficinas del INEM estaba por debajo de los 800.000 andaluces, el impaciente Arenas ordenaba emitir cuñas de radio afirmando que había un millón. Es muy posible que se llegue a esa fatídica cifra. La Encuesta de Población Activa (EPA) lo sitúa ya muy próximo: en 944.000. El paro registrado, según los datos del INEM conocidos el martes, fijaba el desempleo en 796.467 personas.

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Me imagino que estos apóstoles del miedo se habrán llevado un pequeño disgusto con esta última aportación estadística del INEM, en la que se observa un ligero frenazo del paro. Es más, en tres provincias andaluzas, Sevilla, Huelva y Cádiz, el paro descendió. Poco, pero bajó.

Es cierto que no hay que echar las campanas al vuelo. Hasta la Junta decía este fin de semana que en los próximos meses el paro seguirá creciendo. Lo peor no ha pasado, posiblemente. Pero lo que el ciudadano espera de su clase dirigente es que ante adversidades de estas proporciones sumen esfuerzos y no utilicen parados o muertos (cuando golpea el terrorismo) para aumentar su cosecha en las urnas.

Se acusa al Gobierno español, y de alguna manera al andaluz, de haber ignorado la gravedad de la crisis y de hacer previsiones optimistas sobre el desenlace de la misma.

Pero entre el moderado optimismo de ZP y el alarmismo que predica por todo el mundo el falso profeta Aznar, prefiero el primero. Hay que reconocer la gravedad de la crisis, pero éste no es el fin del mundo.

Eso es lo que predican Aznar y sus discípulos. O nosotros o el caos. Dice en una de las entrevistas el ex presidente que ha cruzado el Atlántico 20 veces en cuatro meses. Llevando la mala nueva del desastre español, ahora que habla inglés. Como diría Joseph Cartaphilus, el personaje borgiano de El Inmortal, "¡se manifiesta con fluidez e ignorancia en diversas lenguas!". Creando un "clima de miedo", como titula Soyinka uno de sus libros. Para presentarse luego como el ángel salvador de la patria en ruinas.

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