Condenados sin un 'tres' alto
Potencia tus virtudes, oculta tus desventajas. Es la declaración básica de objetivos en una competencia deportiva. Lo primero te llevará al triunfo. Lo segundo te evitará la derrota. Dos caras de la misma moneda. El Barcelona no pudo tapar uno de los pocos defectos estructurales que tiene su profunda plantilla y por ahí se le escapó una final que durante muchos minutos mereció. Pero no cuenta con un alero alto de garantías. Ni para atacar, ni sobre todo, y esto es lo más peligroso, para defender. A estas alturas de la máxima competición europea, se puede convertir en un hándicap tan importante que termine por costarte una Euroliga.
Siskauskas es la causa principal de que el Barça no esté en la final. Hasta su explosión, los azulgranas manejaban el partido a pesar de la poca incidencia de Navarro. Pero en contrapartida surgió el mejor Andersen, al que, dicho sea de paso, se le congeló la increíble racha de acierto que llevaba en los dos escasos minutos que Xabi Pascual le dio de descanso a mitad del último cuarto. Pero el partido cambió de signo cuando el tres alto del CSKA no encontró respuesta y se dispuso a aprovecharse del defecto de su rival. No contar con un hombre con la envergadura y velocidad suficiente para neutralizarle. Basile hacía lo que podía, pero ante un hombre que le sacaba tantos centímetros, poco más se le podía exigir. Sólo Barton posee el perfil necesario, pero este hombre no está para grandes desafíos. Ni para pequeños.
Nada tuvo tanta incidencia como Siskauskas. Ni siquiera la tan cacareada defensa de los rusos. La verdad es que la tienen muy trabajada y saben sacar provecho de la superioridad física que cuentan con cualquier equipo europeo, debido a una batería casi inagotable de personajes a los que les sobra corpulencia. Y más en los tiempos que corren, donde se permite cada vez más un juego de constante contacto. Pero fueron setenta y ocho puntos los que hizo el Barça, y eso que los problemas de faltas nos privaron de que Juan Carlos Navarro mostrase una versión más a la altura de las circunstancias, y eso que Ilyasova estuviese irreconocible.
El Barça se queda a las puertas de otra Euroliga. Así como en otras ocasiones o bien él mismo se cavó su tumba o realmente no estaba suficientemente capacitado para llegar más lejos, en esta ocasión no fue por ninguna de estas razones. Ni el CSKA pareció superior, ni el rendimiento es objetable en términos generales. Sólo le faltó darle réplica a Siskauskas.
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