Santana, un modelo que se agota
La rama militar de la compañía cierra hasta el 8 de junio por falta de pedidos
La nostalgia es la mejor herencia de los vecinos de Linares (Jaén). Nostalgia de un pasado esplendoroso protagonizado con letras mayúsculas por la industria automovilística Santana Motor, la antigua metalúrgica de Santa Ana creada en 1956 y que llegó a emplear años después a más de 5.000 trabajadores de forma directa y otros tantos de manera indirecta, unas cifras mareantes para una población de apenas 60.000 habitantes. Pero hoy Santana se enfrenta de nuevo a sus fantasmas, aquellos que en 1994 le llevaron a la suspensión de pagos y de un cerrojazo que sólo la intervención del Gobierno andaluz evitó.
Los 364 trabajadores de su rama militar permanecerán inactivos desde ayer y hasta el 8 de junio al decidir la dirección, con el visto bueno de la plantilla, extender durante este periodo el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) pactado a finales del pasado año para hacer frente a la crisis.
Los sindicatos creen que el futuro pasa por la venta de la factoría a Fiat
Lo que ocurre es que el ERE sólo preveía dos semanas de paro durante el mes de mayo y, cuando los trabajadores se reincorporen en junio, ya habrán consumido 110 de los 147 días laborables previstos para todo el año 2009. "Hay un clima de intranquilidad entre los trabajadores por el temor a que el ERE se extienda más allá de lo previsto, pero también hay mucha preocupación entre los 400 trabajadores del parque de proveedores y los 500 de la industria auxiliar", asegura Francisco Ballesteros, de la sección sindical de CC OO en el comité de empresa. Los 363 empleados de la rama militar percibirán el 91% de su salario bruto mientras la fábrica permanezca cerrada.
Es cierto, en todo caso, que Santana ya no es solamente una industria automovilística, sino que se ha convertido en un parque empresarial donde se fabrican vagones de tren, aerogeneradores o vehículos de emergencias. El alcalde de Linares, el socialista Juan Fernández, defiende que esta diversificación permitirá afrontar el futuro con menor inquietud. Pero también es verdad que, desde el ocaso de las minas de plomo, pasado el ecuador del pasado siglo, pocas ciudades han tenido una dependencia tan alta de una fábrica como Linares con la factoría automovilística Santana Motor, creada al amparo del Plan Jaén que instauró el régimen franquista. Desde entonces, ha tenido que sortear varias crisis, aunque la principal fue en 1994 cuando la multinacional japonesa Suzuki -que había aterrizado en Linares nueve años antes- suspendió pagos y anunció su marcha. La movilización ciudadana llevó al Gobierno andaluz a convertirse en accionista mayoritario de esta empresa emblemática en la provincia de Jaén. Como no podía ser de otra manera, el cierre temporal de Santana nubló los actos del Primero de Mayo en Jaén, una provincia con 52.000 parados, con la mayor tasa nacional de temporalidad de los contratos y donde más ERE de toda Andalucía se han presentado el último año.
La rama militar de Santana había depositado todas sus esperanzas para este año en las previsiones para fabricar unas 3.000 unidades del todoterreno Massif para Iveco, la rama de vehículos industriales de la multinacional italiana Fiat. Unas cifras que ni mucho menos se alcanzarán tras el desplome del mercado por la crisis global.
Los sindicatos urgen a la compañía para que se ejecute cuanto antes la opción de compra que tiene Fiat sobre Santana. "Pedimos que esa compra se plasme lo antes posible para normalizar la producción y para acabar con el desánimo", subraya el sindicalista Francisco Ballesteros. La multinacional italiana rubricó el miércoles una mastodóntica operación en EE UU que le permitirá hacerse con el 20% de Chrysler, actualmente en suspensión de pagos. En Linares se teme que el principio de la aventura americana de la marca italiana acelere el final de la compañía andaluza.
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