De la Edad Media a la 'edad tecno'
YOKOHAMA CELEBRA los 150 años de la apertura del puerto al comercio internacional. Representa la apertura de Japón al mundo después de varios siglos de clausura.
La conmemoración es, en realidad, el salto japonés de una sociedad prácticamente medieval en la que los samuráis paseaban con catanas por las calles de Kioto a comercializar la primera radio de transistores (Sony, 1954), ser los primeros del mundo en poner en servicio trenes de alta velocidad (1964) y llegar a ser la segunda economía mundial.
Durante la primera mitad del siglo XX se fundaron empresas como NEC, Fujitsu, Sony y Toshiba que se centraron en el mercado local hasta que en la década de 1950 licenciaron la tecnología del transistor estadounidense y empezaron a invadir occidente con radios, televisiones y ordenadores.
En las décadas de 1970 y 1980 Japón llenó el mundo con sus productos, con su tecnología, con su innovación. El walkman, el disquete, el CD, la videoconsola portátil, el karaoke, VHS, la calculadora, la cámara de fotos digital, la memoria flash, el transistor LED de colores... son todos productos e invenciones japonesas que fueron y son parte de nuestra vida. Parece que eran los frutos del país que más porcentaje del producto interior bruto dedicaba a investigación y desarrollo, por encima de Estados Unidos, hoy en día aún lo sigue siendo.
Cuenta la leyenda que a finales de la década de 1970, Gunpei Yokoi viajaba en un tren bala y vio que un ejecutivo que iba a su lado jugaba con números utilizando una calculadora. A Yokoi se le ocurrió que si alguien estaba jugando con algo tan aburrido como una calculadora se podrían crear máquinas portátiles sólo para jugar usando una pantalla de cristal líquido. Además, la tecnología necesaria para hacer tal máquina era ya barata y estaba asentada, el cristal líquido llevaba varios años en la industria, pero a nadie se le había ocurrido utilizarlo para hacer videojuegos. Yokoi trabajaba en Nintendo y creó las maquinitas Game & Watch para las cuales nació Donkey Kong. Más tarde Yokoi sería el inventor de la Game Boy, un producto que cambió el mundo del videojuego. Su filosofía de utilizar tecnologías ya asentadas en otros campos, de formas diferentes y originales es la filosofía de innovación en Japón. Estados Unidos usaba el transistor sólo para aplicaciones militares, Japón fue pionero en aplicar el transistor en productos domésticos, inventándose un mercado totalmente nuevo.
En 1990 Japón entró en crisis, una crisis de la que todavía no se ha recuperado y cuya consecuencia más inmediata va a ser la pérdida de ese segundo puesto en la lista de mayores economías del mundo. ¿Ha perdido tracción Japón en el mundo de la innovación? Hoy en día ya no es el walkman el que está en nuestras vidas es el iPhone, Microsoft con la Xbox ocupa el lugar que en otros tiempos ocupó Sega, marcas coreanas y chinas como LG comen cada vez más mercado a las grandes de la electrónica japonesas. Algo ha cambiado, Japón tiene más competencia que nunca.
Durante la celebración del 150º aniversario del puerto de Yokohama empresas como Honda, Toyota, Nissan y Sony exponen sus ideas para el futuro e intentan demostrar que aún siguen siendo los número uno en innovación tecnológica y pueden seguir cambiando el mundo.
Sony apuesta fuerte por las pantallas OLED que dicen que revolucionarán el mundo de la interacción con dispositivos electrónicos; Honda apuesta mucho por la robótica y presenta cada vez más avances en su robot humanoide Asimo; Toyota apuesta por la electrónica y la comunicación entre vehículos para mejorar la seguridad en las carreteras; Nissan está centrando todos sus esfuerzos en revolucionar el mundo del motor con coches eléctricos. La innovación sigue siendo la apuesta de Japón para salir de la crisis y aumentar la competencia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.