Un boli que quita el dolor, a veces
Vaya por delante: sumidos en el mundo del software, donde todo es misterioso e irresponsable, nos sorprende que, de entrada, al probar un producto de otro sector, el de la salud, haya por detrás controles de las autoridades sanitarias. También sabemos que los publicistas deben tener cuidado con lo que dicen, para que no les lluevan demandas y multas de los vigilantes públicos. Nada de esto ocurre con el software que puede colapsar una empresa o un aeropuerto, impunemente.
Este prefacio viene a cuento por la prueba de un producto ligado a la salud. Es el Pain Gone, una especie de bolígrafo que emite descargas eléctricas sobre un punto de dolor de nuestro cuerpo. "Esta frecuencia estimuladora proporciona un instantáneo y prolongado alivio del dolor. Es un tratamiento probado clínicamente. Un avance de 20 años en el campo de la estimulación nerviosa transcutánea", explica el folleto publicitario. En ningún caso dice que cure, sino que quita o alivia el dolor. El producto ha ocupado páginas publicitarias en muchos periódicos nacionales y se vende en farmacias. Su propuesta es de lo más atractiva: en lugar de ir a recibir corrientes para recuperarse de una tendinits, uno mismo se lo hace en casa. El Pain Gone no lleva cables ni pilas y dura unos tres años o 300.000 descargas.
PainGone
Empresa: PainGone. Precio: 59 euros.
Sitio: www.paingone.es
Ciberp@ís lo quiso probar, no en los huesos o músculos del que firma, porque en estas semanas no le duele nada, pero sí en algún que otro cojitranco de la redacción. Una redactora aún siente achaques por un esguince de tobillo de principios de año. Por el cambio de tiempo, o por lo que fuera, estos días le dolía bastante. No lo dudó. Cogió el Pain Gone y se aplicó 60 descargas en la zona del dolor agudo. A los pocos minutos, la molestia le había desaparecido y, de momento, no ha vuelto. El éxito se repitió con otra mujer que arrastra una mala solidificación de una fractura de huesos en un pie. A veces, necesita analgésicos para aplacar el dolor y, en uno de esos días, el boli eléctrico evitó que tuviera que tomarse más pastillas.
Un caso más peliagudo fue el de otro compañero, con una lumbalgiociática que le tiene, desde hace meses, a base de analgésicos, masajes y acupuntura. Y, pese a todo, con dolores intensos.
En el caso de un dolor agudo se recomienda no sólo aplicar el dispositivo en la zona del dolor, sino también en los puntos de acupuntura, dibujos que se adjuntan en el folleto. Esto ya es más complicado. De entrada son tantos puntos y tantas aplicaciones que el dedo que aprieta el bolígrafo puede acabar con tendinitis. Si a eso se añade que hay zonas a las que no puede acceder el propio paciente, aún resulta más incómodo. "Pese a estar acostumbrado al pinchazo de la acupuntura, creía que las descargas eléctricas de este aparato no me afectarían. Pues me molestaron, y mucho. Tanto que, en las corvas, por ejemplo, no aguanté ni diez seguidas. Un suplicio", confiesa. "Desgraciadamente, yo no obtuve resultados. Es posible que, después de varios días, se pueda notar mejoría, pero no insistí. Llegué a creer que me había quemado en alguna de las pruebas... Aunque también puede que sea un quejica".
Sabemos que no es un llorón, así que, simplemente, en su caso, un caso grave, no ha funcionado. También advierten en la publicidad que Pain Gone alivia el dolor entre el 50% y el 86% de los casos.
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