El fotógrafo de los artistas
Francesc Serra retrató a pintores y arquitectos a principios del siglo XX en sus estudios, junto a sus obras y modelos
"Quería que la sociedad viera la cara de los artistas que hacen los cuadros" confesaba el fotógrafo Francesc Serra a Sempronio en una entrevista publicada en 1961 en la revista Destino, y a juzgar por las 60 imágenes seleccionadas para la exposición Retrats de Francesc Serra, que se puede ver en el Arxiu Fotogràfic de Barcelona hasta el 23 de mayo (entrada gratis), lo consiguió.
Sin embargo, Francesc Serra i Dimas (1877-1967) fue fotógrafo por casualidad. En 1903 empezó como dibujante y grabador, pero sus amigos pintores le animaron a que los fotografiara mientras trabajaban, por lo que abrieron sus talleres al amigo fotógrafo y posaron junto a sus obras y modelos. Santiago Rusiñol tomando apuntes al natural, Ramon Casas en su estudio del paseo de Gràcia, Isidre Nonell sentado con dos de sus modelos gitanas, Joaquim Mir con un mapa de Mallorca, Josep Llimona esculpiendo el monumento al doctor Robert y Modest Urgell delante de una de sus marinas son algunas de los 25 artistas captados por la cámara de Serra que alcanzaron un gran éxito, -pese a que Joan Brull le recomendó que se dedicara a fotografiar a toreros y bailarinas-, cuando en 1905 las imágenes se comercializaron como postales bajo el nombre de Nuestros artistas.
En 1915 repite la experiencia, esta vez con una serie de 35 artistas en la que incluye arquitectos de la talla de Enric Sagnier retratado en su estudio junto a un dibujo de un edificio hecho con tiza en una pizarra, Lluís Domènech i Montaner abstraído en el vestíbulo del Hospital de Sant Pau, y Puig i Cadafalch; dibujantes como Apel·les Mestres y Alexandre de Riquer, y pintores como Joan Miró escribiendo en una estancia con dos pequeñas banderas, una republicana y otra con las cuatro barras.
La producción de Serra es enorme. En el AFB están depositadas más de 90.000 fotografías, entre placas y negativos, que recogen gran parte de la producción artística realizada en Barcelona hasta 1960. Su amistad con galeristas, marchantes y coleccionistas (espléndida la imagen de Lluís Plandiura de 1935 tumbado sobre la hierba junto a un enorme ciprés) hizo que sus imágenes aparecieran en revistas como Vell i Nou, La Gaseta de les Arts, Destino e Ilustració Catalana, y en multitud de catálogos, y que Serra esté considerado el sucesor de Adolf Mas.
Según Rafel Torrella, conservador del AFB, las imágenes de Serra, que tienen la peculiaridad de aparecer firmadas por los artistas retratados, "tienen un alto valor documental, ya que generaron un archivo fundamental para la historia del arte catalán del siglo XX que muchas veces ha servido para conocer obras desaparecidas". Es el caso del mural noucentista pintado por Josep Mompou para la Casa del Canonges, que desapareció en la reforma de la sala y que gracias a las imágenes de Serra se ha podido reproducir para la muestra dedicada a este pintor que ahora mismo puede verse en La Pedrera.
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