Plan Bolonia, no; referéndum, tampoco
Sólo el 14% de los alumnos de la Complutense acude a lasurnas en la consulta sobre el Espacio Europeo de Educación
"¡Hola! ¿Eres de Filología?", preguntaba ayer una de las dos jóvenes que esperaban, sentadas detrás de un escritorio, a que los universitarios se animasen a votar. Las dos formaban parte una de las 20 mesas electoras que montaron ayer en la Universidad Complutense de Madrid. El objetivo era preguntarles a los 87.000 estudiantes matriculados qué opinan del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), conocido como el Plan Bolonia. Sólo el 14% de ellos votaron, y de éstos, el 88% dijo no a Bolonia. Faltan por conocerse los resultados de las facultades de Bellas Artes y Psicología.
Los universitarios pudieron ayer responder de las diez de la mañana a las seis de la tarde a tres preguntas: 1. ¿Consideras que cuentas con la suficiente información acerca del Espacio Europeo de Educación Superior? 2. ¿Quién crees que ha promovido esta información? 3. ¿Debe paralizarse la aplicación del EEES para iniciar un proceso de debate sobre el futuro de la Universidad pública? El referéndum, no vinculante, lo convocó la asamblea de estudiantes.
El rectorado cedió las urnas a los estudiantes, pero les negó el censo
"El rectorado no está ni a favor ni en contra de la consulta", aseguró ayer un portavoz de la universidad. Y explicó que la dirección les dio las urnas a los estudiantes, aunque les negó el censo. "No se facilitó porque contiene información que, al no ser una consulta regular prevista en los estatutos, podrían suponer un problema con la ley de protección de datos", aseguró ese mismo portavoz. Para controlar quién votaba, cada responsable de mesa pidió o bien el carné de estudiante o bien la hoja de matriculación. En aquellos casos de duda, se verificó que el votante formaba parte de la universidad a través del campus virtual.
La oposición al Plan Bolonia empezó hace más de dos años y ha pasado de pequeños grupos a encierros y manifestaciones en todas las universidades. Incluso ha originado disturbios, como en el desalojo de la Universidad de Barcelona (UB) en marzo, que acabó con seis detenidos y decenas de contusionados. En Madrid, los estudiantes se han encerrado y se han manifestado en repetidas ocasiones. La Complutense es una de las facultades más activas.
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