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Una larga lucha por una pequeña independencia

La última segregación anima a las entidades locales que buscan escindirse

"Qué envidia", suspira Roque Valenzuela, alcalde socialista de La Barca de la Florida (Cádiz). "Me da mucha alegría", afirma Mercedes Tapia (PP), regidora de Balanegra (Almería). La noticia de la segregación, el pasado 1 de abril, de Villanueva de la Concepción (Málaga), que se convirtió en el municipio 771 de Andalucía tras separarse de Antequera, ha reavivado las ansias independentistas de numerosas poblaciones con identidad propia, pero subordinadas a ayuntamientos situados, a veces, a más de 20 kilómetros.

En la actualidad, Andalucía cuenta con 47 enclaves intramunicipales, que se dividen en entidad de ámbito territorial inferior al municipio (EATIM) o en entidades locales autónomas (ELA), que cuentan con competencias limitadas. Sin embargo, también existen núcleos que no pertenecen a ninguna de estas categorías y buscan la segregación, como San Pedro Alcántara (Marbella, Málaga) o Torre del Mar (Vélez-Málaga).

Los movimientos emancipadores más potentes se dan en zonas costeras
La discriminación en las inversiones es una de las quejas más frecuentes

Los movimientos emancipadores más potentes se dan en las localidades costeras. En la provincia de Huelva, Mazagón, con 4.032 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística, es el caso más curioso. Este pueblo, con varios kilómetros de litoral casi virgen, se quiere separar de la tutela de Moguer, distante 22 kilómetros, y que perdería su salida al mar, y de Palos de la Frontera. Los dos municipios se niegan a facilitar una independencia con notables implicaciones urbanísticas. En el caso de La Redondela, localidad de 1.000 vecinos a 7,5 kilómetros de Isla Cristina, los habitantes aspiran a recuperar el Ayuntamiento propio que disfrutaron durante un breve periodo en el siglo XIX. Su alcalde, Antonio Martín, es el presidente de la Federación Andaluza de Entidades Locales Municipales (FAEM).

La vicepresidenta de este movimiento municipalista es Mercedes Tapia, la alcaldesa popular de Balanegra, núcleo costero de Berja (Almería). Mientras ultima los presupuestos de la localidad, Tapia pronuncia una frase común a todos los dirigentes independentistas: "No vamos en contra de nadie. La segregación es una posibilidad que otorga la ley, no la Junta de Andalucia ni el municipio matriz". La consulta sobre la independencia, celebrada en 2004, obtuvo un voto afirmativo del 72%. "Votó hasta gente que estaba enferma", recuerda la alcaldesa.

La tramitación del expediente de segregación es un proceso largo, y con requisitos muy complejos. Para que una ELA se pueda convertir en Ayuntamiento propio debe tener una población no inferior a 2.500 vecinos y que haya una franja mínima de cinco kilómetros de suelo no urbanizable entre ella y el municipio matriz.

En Granada, Carchuna-Calahonda (4.300 habitantes), que depende de Motril, iniciará los trámites formales de independencia en mayo de 2010, cuando se cumplen cinco años desde que es ELA, como exige la Ley de Demarcación Municipal de Andalucía. "Las líneas para solicitar ayudas y subvenciones no están abiertas normalmente, hay que hacerlo todo con el Ayuntamiento motrileño y eso no siempre nos beneficia", esgrime su alcalde pedáneo, Manuel Estévez.

Precisamente, la falta de acceso a los recursos es la que esgrime Manuel López, presidente de la Asociación Pro Independencia de San Pedro Alcántara, opción que despunta de nuevo tras ser laminada por el fallecido Jesús Gil y sus sucesores durante tres lustros. "Pagamos los mismos impuestos pero tenemos menos prestaciones. Nos hemos convertido en una ciudad-dormitorio de Marbella, con un 10% más de paro. El Ayuntamiento se olvida de nosotros y de los fondos del Plan Zapatero sólo se invertirán aquí tres millones de euros cuando nos corresponde el triple por población". El Tribunal Supremo ha ordenado a la Junta que vuelva a estudiar la segregación del núcleo, que rechazó por un defecto de forma hace más de 15 años.

Al otro lado de la provincia, Manuel Rincón, portavoz del Grupo Independiente pro Municipio de Torre del Mar en el Ayuntamiento de Vélez-Malaga, ha llevado la segregación del núcleo al Tribunal Europeo de Derechos Humanos después de que la Junta y la justicia española rechazaran el expediente. Rincón también se queja de que "las inversiones en Torre del Mar son proporcionalmente ridículas".

El afán separatista no es exclusivo del litoral. La Barca de la Florida (5.000 habitantes), una localidad creada por colonización durante el franquismo, votó en un 96% a favor de la segregación de Jerez de la Frontera, el sexto municipio más extenso de España, de cuyo núcleo principal dista 20 kilómetros. "Tenemos todas las condiciones para ser independientes, no sé por qué se nos niega", afirma Roque Valenzuela, el alcalde, que ha llevado el caso al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. "Los tres equipos de gobierno de Jerez han reaccionado en contra de la segregación, pero no dan soluciones", se queja Valenzuela, que no pierde la esperanza de regir un día los destinos de un pueblo independiente.

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