DOBLEMENTE DESLUMBRANTE
Algún día habrá que agradecer a Kate Bush lo que su música ha supuesto para muchas solistas. Ella fue la que demostró que se puede sonar afectada y dolida sin ser artificial y falsa. Que la instrumentación es un vestido que adorna la melodía, que la melodía es el cauce para la voz, y la voz, la corriente para las letras. La anglo-paquistaní Natasha Khan desarrolla todas estas lecciones con una sabiduría deslumbrante. El disco se mueve entre la creatividad y la presión de estar en una gran compañía y gira alrededor del concepto de la doble personalidad. Al parecer, Natasha tiene un álter ego: Pearl, una rubia platino, protagonista en muchos temas. Deslumbrante tanto cuando se pone cruda a lo Cat Power y atmosférica a lo Blue Nile, cuando es seria o graciosa, librándose del fantasma de Björk, Natasha Khan es la Stevie Nicks del siglo XXI.
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