"Si no tengo trabajo, me lo invento"
Cantautor pop con pasado en banda de rock, músico para cine y televisión, literato en ciernes e inspirador de proyectos audiovisuales. Todo eso es Julio de la Rosa (Jerez, 1972). "Últimamente no he parado. Soy de esos que cuando no tienen trabajo se lo inventan y se lo pasan muy bien solos: ya de niño me encerraba a jugar en mi cuarto", confiesa el ex líder de El Hombre Burbuja, grupo con el que se dio a conocer en los noventa, antes de entregarse a la hiperactividad. Esta noche, nueva muestra: presenta en la sala El Sol su reciente El espectador, tercer disco ya en solitario.
Julio siempre ha cantado en castellano: "No creas, la primera vez lo hice en inglés. Fue en mi comunión, vestido de marinero: El rock de la cárcel de Elvis, acompañado por mi hermano y su banda". Al igual que éste, 10 años mayor y dueño de un estudio de grabación, Julio se está creando el suyo en su casa de Conde Duque. "Llevo siete años en Madrid, justo desde que me lancé como solista. Antes estudié Comunicación Audiovisual en Sevilla y di volteretas por Granada, Barcelona, Manchester o Nueva York, donde llegué a tocar en el metro. Mi primer dólar salió volando con el aire que levantaban los vagones. Toda una señal".
"La primera vez que canté lo hice en inglés, vestido de marinero"
Años después, De la Rosa vive de la música, y ha evolucionado del rock retorcido de El Hombre Burbuja a un pop de autor, próximo a sonidos mediterráneos. El espectador despierta comparaciones con Calamaro o Tom Waits: "Nombran al primero porque yo también he empleado los acordes de las bulerías. Al fin y al cabo, soy jerezano. Y por otro lado, recuerdo lo que nos decía un profesor: 'Lo bello es una estatua de Apolo; lo sublime, una canción de Tom Waits'. La obra abierta e imperfecta te puede llevar más allá".
Con el nuevo disco quizá siguió ese consejo: lo grabó en una sola jornada en Barcelona, con músicos de allí. "Pretendía ser una maqueta, pero luego me di cuenta de que no iba a poder mejorar su frescura, y además me ofrecieron una peli, así que opté por entregarlo". El álbum rebosa accesibilidad, pese a estar influido por la obra homónima de Ortega y Gasset. "La leía por las noches. Es increíble su capacidad de observación. En el pop hay que intentar romper las estructuras sencillas, o si no, contar algo al menos un poco interesante". De la Rosa firmó su primera banda sonora para un largo con 7 vírgenes (2005), filme de Alberto Rodríguez premiado en San Sebastián. Y acaba de completar la de After, próximo estreno del director andaluz. "Éramos amigos de cañas en Sevilla. Para mí ha sido muy importante la experimentación que te permite el cine. Las limitaciones que te imponen las historias te abren en cambio puertas para profundizar", reflexiona Julio.
Al margen de series de televisión o documentales ("prisas y lidiar con la veracidad, respectivamente"), Julio puso música a Una palabra tuya (2008), de Ángeles González-Sinde, la nueva ministra de Cultura. "No parecía muy proclive a los momentos musicales, pero al final me dejó usar hasta un serrucho". A la inversa, instrumentales suyos inspiran la nueva colección del pintor Luis Díez. Y Julio ya ha escrito dos libros, publicados por la editorial de Enrique Bunbury. El último, Diez años foca en un circo: "Textos breves, con el hilo conductor de lo que he ido viendo en el mundillo del rock".
Julio de la Rosa actúa hoy en la sala El Sol, a las 22.30. Precio: 15 euros.
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