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OPINIÓN
Columna
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Contabilidad culpable

El 2 de abril fue un buen día para la economía; por fin había algunas buenas noticias, que se acumulaban unas a otras. Primero, había terminado la cumbre del G-20, y sus acuerdos -de ponerse en práctica- podrían dar lugar a una nueva estructura financiera internacional más regulada; el consenso fue transversal, con Gobiernos de distinta ideología que orillaron a los "fundamentalistas de mercado" (Stiglitz) que tanto daño han hecho. Segundo, el Banco Central Europeo (BCE) bajó los tipos de interés al 1,25%, aunque no tanto como exigían los mercados, dado que el PIB europeo caerá entre el 3% y el 4% en el año en curso.

Pero fue la tercera noticia, la menos comentada, la que quizá generó más euforia en las Bolsas de valores: el organismo que determina las normas contables en EE UU (FASB, en sus siglas inglesas) acordó una reforma de la contabilidad de los bancos para que los activos financieros que figuran en sus libros no hayan de ser valorados, mensualmente, a precios de mercado. Se cambiaba la contabilidad denominaba mark-to-market, que según las entidades del sector ha potenciado la crisis financiera desde que fue implantada allá por 2007.

El 'mark-to-market' ha sido reformado en EE UU. ¿Cambiará la situación real de los bancos americanos?

Según los bancos americanos, tan afectados por problemas de liquidez y de solvencia, el mark-to-market ha exagerado la metástasis de sus balances al valorar los activos a precios de mercado en una coyuntura en la que éste, en muchos casos, no tiene liquidez o está dislocado; al tener que registrar obligatoriamente en sus libros el valor de los activos a precios de mercado, aunque no tuvieran intención de venderlos, el balance se deteriora y las entidades cosechan fuertes pérdidas.

Ahora, la FASB relaja la aplicación de esas normas contables introduciendo otros factores en la valoración de los activos y da más libertad para fijar el precio de los activos no líquidos que los bancos creen que tienen valor a corto plazo. El cambio contable, que se aplicará ya sobre los resultados del primer trimestre del año, podría disparar los beneficios bancarios al reducir las pérdidas computadas hasta ahora por el mark-to-market.

Pero lo que ha satisfecho a los banqueros ha preocupado a otros expertos, que opinan que esta reforma contable resta transparencia a la verdadera situación de las entidades financieras y puede retrasar, todavía durante más tiempo, la asunción de pérdidas por los activos tóxicos que existen en los balances. Disfraza su situación. Al poder aparcar en los libros el valor de mercado de los activos tóxicos, se elimina la necesidad de deshacerse de ellos, que es lo que persigue el plan de rescate de más de 700.000 millones de dólares propiciado por el secretario del Tesoro de EE UU, Timothy Geithner. Los analistas financieros, a través del Centro para la Integridad de los Mercados Financieros, han declarado, desconfiados, que "los estándares de valoración justa, críticos para la integridad de los mercados financieros, deben mantenerse" (Cinco Días de 2 de abril).

¿Ha sido, pues, la contabilidad la causante, en buena parte, del desplome de la banca? Sería tan sencillo... -

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