Un parque natural impagable
Un estudio de la Politécnica asigna a L'Albufera un valor de 2.784 millones
El parque natural de L'Albufera no tiene precio, aunque se puede calcular. No es que el humedal más importante de la Comunidad Valenciana esté en venta, pero de existir un mercado de espacios protegidos, su coste sería altísimo. La factura ascendería a un total de 2.784.362.116 euros, nada menos. L'Albufera cumple funciones de control de inundaciones, de recarga de acuíferos, de conservación de la biodiversidad y de un paisaje singular que generan un bienestar social. Ponerle precio a ese valor intangible ayudará a concienciar a la sociedad sobre la necesidad de "proteger" el marjal y también "a optimizar las inversiones" en su gestión. De ese planteamiento ha partido Lucía Prats Casanova, de 25 años, para traducir en euros la cotización de L'Albufera en su trabajo de fin de carrera de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica.
La Devesa y el lago son las unidades de paisaje más apreciadas
"No se trata de dar un precio de venta a un espacio natural", subraya Prats en su estudio, si no de asignarle un coste monetario "con la finalidad de realizar un uso más eficiente de los activos medioambientales". La política de protección de espacios naturales "se mide en términos monetarios", y por tanto, el beneficio también ha de poder calcularse en euros, de forma que empresas, particulares y Administraciones tengan en cuenta el coste de explotar, dañar y conservar el medio ambiente.
Para estimar la aportación social y medioambiental de L'Albufera, Prats ha recurrido a un método ya antiguo en el mundo de la empresa para evaluar estrategias y tomar decisiones complejas. El Departamento de Economía y Ciencias Sociales de la Politécnica lo emplea desde hace unos años para la valoración de activos medioambientales, y bajo la dirección de los doctores Jerónimo Aznar y Vicente Estruch también han sido evaluados el marjal dels Moros y el de Pego-Oliva, entre otros.Para calcular el precio de L'Albufera y más concretamente el de su paisaje -una novedad en este línea de estudio-, Prats elaboró en cuentas con una serie de valores para que los analizaran 18 expertos en el parque natural -ingenieros, funcionarios, ecologistas, agricultores etcétera-. La puntuación a estos valores en sucesivas comparaciones pareadas permitió establecer una jerarquía de su importancia relativa para el humedal. Y para ponerles finalmente precio se partió de las ganancias fácilmente cuantificables en el mercado, que son las de la agricultura. De esta forma surge el valor total del parque.
Los encuestados estimaron los valores de uso directo, centrados en la agricultura del arroz, la pesca y la caza; los indirectos, de difícil cuantificación, como son la recarga de acuíferos o el control de inundaciones; el valor de opción, que mide los futuros usos potenciales educativos y de investigación; el del legado para futuras generaciones, y el valor de la propia existencia del espacio natural, que engloba la relevancia de su biodiversidad, del patrimonio cultural y del paisaje visual.
El resultado es que el valor de la existencia de L'Albufera alcanza el mayor peso, del 34,66%, seguido por el hecho de que sea un importante legado, con el 25,23%, y los usos indirectos, con una importancia del 18,69%. A la cola quedan, curiosamente, los beneficios directos y más tangibles de la agricultura, con un 12,8%, y las opciones futuras de la investigación, con un 8,61%. Dentro de los valores de la subsistencia del parque, los expertos conceden a la biodiversidad la más alta estima, con un 55,29%, seguida del paisaje, con un 24,35% y el patrimonio cultural, con el 20,36%.
Con los beneficios del aprovechamiento del arroz, la caza y la pesca, que ascienden a 356,4 millones de euros, la conversión en euros de los porcentajes de cada variable arroja el valor casi impagable de los activos medioambientales de L'Albufera. Su existencia cotiza por 965,1 millones de euros, mientras que su valía para futuras generaciones supone otros 702,5 millones. Con la suma de las restantes variables, el parque natural puede presumir de un valor económico total de 2.784,3 millones de euros.
La aplicación del llamado proceso analítico jerárquico (AHP en sus siglas en inglés) permite así obtener un indicador del valor monetario de L'Albufera y de su paisaje, que finalmente cobra una importancia intermedia por debajo de su biodiversidad.
Para Aznar y Estruch, la cuantificación de los activos medioambientales es "una herramienta útil" para priorizar y justificar decisiones de inversión relacionadas con la conservación. Ahí están, por ejemplo, las subvenciones para el arroz como cultivo característico de L'Albufera, las actuaciones de preservación del paisaje o el coste que supondría suplir con infraestructuras la recarga de acuíferos si L'Albufera no cumpliera su función natural en el ciclo del agua. Conocer su precio, además, se convierte en argumento para su protección como bien social frente a las constantes presiones sobre un parque rodeado de poblaciones e infraestructuras, y en un posible acicate para defender inversiones como la depuración de las aguas que llegan al lago.
El trabajo de Lucía Prats dedica una segunda parte a la valoración del paisaje visual, con el resultado de que es algo más apreciado el de interior, con un 51,13%, que el de costa (48,87%). Si se comparan distintas unidades de paisaje costero entre sí, los expertos se decantan por dar la máxima puntuación, con un 26,57%, a la Devesa, seguida de las dunas, con el 22,74%. Porcentajes similares se conceden a las malladas y el Racó de l'Olla (21,3%), y menos a las golas (8,06%). En el caso del paisaje del interior, el lago cosecha los mayores votos, con un 58,35%, seguido del arrozal con un 30,27% y de los elementos singulares del monte y la Bassa de Sant Llorenç.
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