Noguera, recuperado por sus amigos

Amigos, familiares y conocidos rememoraron ayer en Valencia la figura del financiero y patrono Álvaro Noguera, fallecido el 21 de marzo de 2006, en la presentación del libro Palabras para Álvaro, publicado por la Fundación Libertas 7. Noguera, que fue fundador del diario EL PAÍS, protagonizó una densa trayectoria empresarial y financiera a través del Banco de Valencia, del que fue vicepresidente, y de las distintas empresas y participaciones familiares, ahora integradas en la sociedad de inversiones Libertas 7.

Sin embargo, su altitud de miras no le permitió enclaustrarse en los negocios y en los consejos de administración como única expresión de su existencia. Noguera, junto a Joaquín Maldonado, constituye uno de los escasísimos ejemplos del burgués atípico valenciano. Fue un hombre infiltrado de cultura que impulsó, financió y dinamizó varios proyectos culturales como el Museo L'Iber de soldaditos de plomo, que reúne la paciente colección (un millón de piezas) que realizó en vida y que ayer fue escenario de la presentación del libro. Asimismo, tuvo una participación activa en la sociedad Studio, SA, que durante los últimos años del franquismo constituyó una referencia ineludible en el mundo del teatro y el cine.

Los ingresos del libro revertirán en el Museo de L'Iber y sus actividades

Son algunos de los aspectos que aborda el libro a lo largo de 220 páginas en sus apartados sobre la persona, el ciudadano y el empresario, y en el que han participado una veintena de autores. Entre ellos, destacan el presidente del Grupo Prisa, Ignacio Polanco, o el consejero delegado, Juan Luis Cebrián, así como el ex presidente catalán Jordi Pujol, el abogado Miguel Herrero de Miñón, el hasta ahora subgobernador del Banco de España, José Viñals, o el periodista J.J. Pérez Benlloch. El libro fue presentado por el abogado José Antonio Noguera, el Síndic de Comptes de la Generalitat de Catalunya, Ernest Sena, y la viuda de Noguera, Agnès Borel. El acto contó con la presencia del presidente de Bancaja, José Luis Olivas, el consejero delegado del Banco de Valencia, Domingo Parra, o la secretaria primera del Senado, Carmen Alborch.

En el libro, cuyos ingresos serán revertidos en la continuidad del museo y sus diversas actividades, Ignacio Polanco recuerda a Noguera "con la espectacular barba con que se adornó durante años" y su participación en "la aventura cultural y política -no solo mediática- de lanzar un diario renovador en España". En ese sentido, destaca su pertenencia al "núcleo fijo" del consejo de administración y su apoyo decidido a la línea de independencia que lideraba su padre, Jesús de Polanco, frente al intento de un grupo de accionistas que, a finales de los setenta, intentaron cambiar el rumbo editorial del periódico. Polanco, asimismo, subraya la capacidad de lector culto de Álvaro Noguera y su profundo conocimiento del krausismo.

Por su parte, Juan Luis Cebrián evoca la impresión de aturdimiento y admiración que Noguera causaba en los consejos de administración a causa de su "poblada barba multicolor". "Podría ser un pirata bueno, o un personaje de Macondo", escribe en referencia a su "perfil de prócer decimonónico", que atribuye al "valor" de Noguera. Cebrián rememora el invierno de 1976, los días de los preparativos de EL PAÍS, cuando lo conoció. A Noguera y a Joaquín Muñoz Peirats les correspondió hacer la "pesquisa de fondos" en Valencia y, según recuerda Cebrián, "reunieron a un singular número de librepensadores con dinero, dispuestos a contribuir a la financiación de la aventura". En su escrito, el consejero delegado de Prisa y miembro de la Real Academia Española, resalta la posición de Noguera en el periódico, "siempre del lado de los profesionales". "Siempre en la avanzadilla de la democracia, apoyando nuestras decisiones incluso cuando no las compartía del todo".