Javier Rebollo narra historias con sus fotografías
El director de cine expone imágenes captadas en Bilbao y Estados Unidos
Las fotografías de un director de cine, cree el realizador Javier Rebollo (Bilbao, 1950), con cinco largometrajes en su currículo, son pequeñas narraciones. La exposición Bilbao-USA, km. 0 muestra a partir de hoy en Bilbao imágenes en las que Rebollo sugiere una historia con una escena cotidiana en las calles de Bilbao bajo la lluvia, en San Francisco, en los cayos de Florida o en Nueva York. "Son fotos hechas con gran libertad, tomadas en cualquier esquina", explica. "Son como fotogramas llenos de interrogantes y misterio, en los que cobran protagonismo personajes desconocidos o paisajes llenos de interrogantes, fragmentos de la vida que al quedar congelados invitan al espectador a interpretarlos".
Rebollo ha reunido en la exposición las fotos realizadas en los tres últimos años, desde que en 2006 acabó su última película, la comedia Locos por el sexo. Son más de medio centenar de imágenes en color, hechas con "una mano en la cámara y la otra en el ordenador", en la que el director de cine no oculta cierta vocación documental . A cada una de las imágenes le corresponde un título con intención: en La amenaza se ve a un hombre, empequeñecido, al pasar junto a Mamá, la escultura-araña de Louise Bourgeois situada junto al Guggenheim; en Los nietos del ferrocarril están retratados tres asiáticos junto a un mural en San Francisco que explica cómo se constuyó la red de ferroviaria en California con inmigrantes procedentes de China.
La exposición incluye una fotografía de Rebollo, cuando tenía 11 años, con su perro. "Es mi primer autorretrato", cuenta. "Fui un fotógrafo precoz". Muchos años antes de pensar que se dedicaría al cine profesional, hacía fotografías que revelaba en el cuarto de baño de su casa. Con sólo 15 años expuso por vez primera aquellas fotos en blanco y negro, tan grandes como sus medios técnicos lo permitían. La cámara de fotos le ha seguido acompañando en el trabajo en el cine para la búsqueda de localizaciones, y en los rodajes se ha rodeado de buenos directores de fotografía, como Javier Aguirresarobe, Kiko de la Rica o Juan Molina, en un fructífero intercambio de experiencias. "De los directores de fotografía he aprendido los secretos de la iluminación y yo les he aportado la importancia del encuadre y del punto de vista", dice.
La fotografía en color desplazó al trabajo en blanco y negro, con el que acostumbraba a trabajar, cuando la tecnología digital le dio autonomía para controlar el proceso desde el principio al fin. Ahora Rebollo planea volver al blanco y negro, como en los tiempos del revelado casero, pero sin perder las ventajas de manipular con el ordenador.
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