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OPINIÓN
Columna
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Prostitución de lujo

La descarnada lucha por el poder dentro de la Comunidad de Madrid entre los seguidores de la presidenta Esperanza Aguirre y del alcalde Ruiz-Gallardón afecta ya a las instituciones del sistema financiero. Porque el botín de esa pelea de patio de corrala librada por familias de un mismo partido no es sólo el aparato nacional del PP, sino también Caja Madrid, la segunda caja y la cuarta entidad financiera de España, que la facción encabezada por la presidenta Aguirre intenta tomar al abordaje.

La parte inicial de la maniobra puesta en marcha por la tropa asaltante es la suspensión del proceso electoral en curso (concluirá en septiembre) abierto el año pasado para renovar los órganos de Caja Madrid antes de que el Parlamento autonómico aprobara a matacaballo una ley redactada ex profeso con el fin de invalidarlo. La segunda fase sería la convocatoria de las elecciones anuladas de acuerdo con unos nuevos estatutos cortados a la medida de la Comunidad y lesivos para el Ayuntamiento de Madrid. Pero el pasado lunes la Asamblea General de Caja Madrid presenció cómo las cañas de los asediados se tornaban lanzas. Lejos de conseguir la mayoría de los dos tercios exigida para la aprobación de los nuevos estatutos, los atacantes se vieron derrotados por el 53% de los votos de los consejeros generales. Aunque los socialistas no terminaran de descubrir su contradictoria estrategia, finalmente se inclinaron por la abstención. Pero la partida con naipes marcados no ha concluido. La presidenta Aguirre seguramente tratará de imponer coactivamente su voluntad; los damnificados tendrían entonces todavía la posibilidad de recurrir la decisión ante los tribunales.

El asalto a Caja Madrid de la facción del PP encabezada por Esperanza Aguirre sufre un serio revés

El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), el catedrático Juan Ramón Quintás, empleó el martes en el Foro de la Nueva Economía duras expresiones contra los procedimientos utilizados por Esperanza Aguirre (cuyos gorjeos ultraliberales contrastan con su apoyo a la Conferencia Episcopal en materias como la persecución del aborto, los cuidados paliativos a los agonizantes y la satanización de la educación cívica) en el abordaje a Caja Madrid: "El intervencionismo público más claro que recuerdo". Este "caso esperpéntico" abre el camino a "la prostitución de un modelo" cuya cuota de mercado equivale actualmente a la mitad del conjunto del sistema financiero.

Tal vez "las peleas de patio de colegio" promovidas por "una pequeña ambición política" pudieran explicar las enfurruñadas pataletas y los lloriqueos rabiosos de Esperanza Aguirre cuando un compañero de partido se resiste a entregarle un juguete con el que se ha encaprichado. Pero lo más grave del bochornoso espectáculo organizado en torno a Caja Madrid es que refuerza las sospechas sobre la manipulación partidista de las cajas precisamente cuando la crisis del sistema financiero y el aumento de la morosidad de sus clientes parecen aconsejar la puesta en marcha de un plan de fusión de esas instituciones. -

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