Turquía prueba la euforia de España
La selección de Del Bosque opone su optimismo a las bajas y a la combatividad del rival
Chamartín es un barrio noble y futbolero. La combinación es extravagante. El Bernabéu es un estadio casi inexpresivo. La gente lleva la indignación calladamente. Cuentan años de crisis y esperan el advenimiento del cambio como quien espera llover. En medio de este clima tenso llega hoy España para jugarse contra Turquía la clasificación del Mundial de 2010 (22.00, TVE-1). La selección española ha salido de la fase tenebrosa y reparte alegría. Al frente de la comitiva marcha Vicente del Bosque, cuya despedida del banquillo del Bernabéu coincidió con la aparición de la nube que dejó al barrio metido en la sombra.
Del Bosque regresa a su antigua caseta y -otra vez- lo hace al frente de un equipo exultante. Ha heredado al campeón de Europa y avanza decidido por el calendario de la clasificación del Mundial. El equipo ha ganado los cuatro partidos que lleva disputados y sus futbolistas afrontan el calendario con la certeza de que el año que viene estarán en Suráfrica. El nivel de confianza es insólito. Los chicos cuentan con que se medirán con éxito a Turquía en los dos partidos que jugarán entre hoy y el miércoles, en Madrid y en Estambul.
El optimismo español contrasta con la entidad del rival. Como dijo ayer un jugador: "Por ahora esto es una fiesta; a ver qué pasa a partir de mañana [hoy]". Turquía alcanzó las semifinales del Mundial de 2002 y repitió en la Eurocopa de 2008. Es una selección competitiva. En la charla táctica que Del Bosque dio a los jugadores destacó la combatividad de los turcos, su espíritu patriótico, su capacidad para sobreponerse a las adversidades y remontar. El mensaje fue claro: a España no le valdrá con marcar un gol, ni dos. El equipo tendrá que estar atento a los contragolpes de los veloces interiores turcos -Arda por la derecha y Sabrin por la izquierda-, que suelen actuar con la colaboración de Tuncay, el media punta.
Del Bosque medita cómo contrarrestar la maraña que Turquía fabricará en el medio campo. No parece una tarea fácil, puesto que a la selección le faltan jugadores importantes: Iniesta y Cesc están de baja y Silva y Villa vienen de superar sendas lesiones.
El partido se anuncia bravo. Fatih Terim, el seleccionador turco, piensa hacer del duelo una ocasión para la reivindicación del honor nacional. Tampoco a su equipo le faltarán preocupaciones. Tiene las bajas de sus principales defensas, Zal, Çetin y Topal, y del atacante Altintop.
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