Un brasileño contra la anarquía

"¡Qué daño nos has hecho!", le espetó el técnico del Fener-bahçe, Luis Aragonés, al representante de jugadores Bairan Tutumlu cuando se cruzaron en un avión. El ex seleccionador español se refería a la maniobra del agente para la que el medio centro brasileño Marco Aurelio, nacionalizado turco desde 2006, abandonara en verano el Fenerbahçe y quedara libre, lo que aprovechó el Betis para ficharlo. Aurelio era un ídolo en Estambul y su marcha conmocionó los ambientes futbolísticos. "Me amenazaron de muerte", recuerda Tutumlu. El Fenerbahçe tenía una opción para renovarlo, pero la FIFA le dio la razón al jugador en su intención de irse. Para sustituirlo, el Fenerbahçe trató sin éxito de fichar a Senna, su rival directo esta noche en el Bernabéu.

"Es más parecido a mí que a Mauro Silva. Sabe desplazar en largo", dice Mazinho "Guarda muy bien su posición", cuenta Chaparro, su técnico en el Betis

En una selección tan anárquica como Turquía, Aurelio, de 31 años, le da un equilibrio táctico muy apreciado por el seleccionador, Fatih Terim, que lo considera un líder indiscutible: por disciplinado, trabajador e inteligente. Poco le importa su escaso dominio del turco: el idioma del fútbol es universal. Aurelio se siente capitán general en la selección. Lo fue en la pasada Eurocopa de Austria y Suiza, donde Turquía alcanzó las semifinales. Disfruta de más proyección ofensiva que en el Betis, donde le guarda las espaldas a Emaná. "Guarda muy bien su posición y saca la pelota con mucha facilidad, buscando más el pase corto que el largo", describe el técnico verdiblanco, Paco Chaparro. "Tiene un peso importante en el vestuario por su experiencia y su capacidad de control de situaciones", añade. "Es un gran jugador de equipo: constante y siempre fiable. Difícil que se pierda un partido", completa Carmelo Pozo, mano derecha de Chaparro en el Betis. Pese a su labor defensiva, Aurelio suma cuatro goles en el cuadro bético. Y ha disputado 26 de las 28 jornadas de Liga. "Es más parecido a mí que a Mauro Silva", tercia Mazinho, ex centrocampista del Celta y ahora entrenador del Aris de Salónica junto a su compatriota Donato. "Tiene buen desplazamiento largo y gol. Le pega muy bien desde fuera del área", agrega Mazinho.

Aurelio pertenece a la estirpe de los brasileños apacibles, medio centros como Mauro Silva, Mazinho o Senna, que sirven igual para un roto como para un descosido. Pero también puede perder los nervios. El 26 de abril de 2007, después de perder en una semifinal de la Copa turca ante el Besiktas, atacó a su compatriota Ricardinho en el aparcamiento del estadio, supuestamente por haber sido insultado previamente por éste. Le sancionaron con dos partidos.

Al nacionalizarse, Aurelio adquirió el nombre más común entre los turcos, Mehmet, que es la traducción del árabe Muhammad. Natural de Río de Janeiro, Aurelio apenas dejó rastro en el Flamengo y en el Olaria, por lo que decidió emigrar a Turquía para labrarse una carrera. "Yo no lo conocía hasta que empezó a triunfar en Turquía", reconoce Mazinho. Pasó tres temporadas en el Trabzonspor antes de firmar por el Fenerbahçe. Fue el inicio de una progresión lenta pero segura. Hasta convertirse en el jefe brasileño de Turquía.