La estrategia de la Pantera Rosa
Los anti-Bolonia cambiaron la ruta 24 horas antes para evitar a la policía
Los anti-Bolonia que el jueves marcharon en paz por el centro de Barcelona emplearon la "estrategia de la Pantera Rosa". Así la define David Fernández, periodista del semanario E-Directa, vinculado a movimientos sociales. La cosa es sencilla: igual que la pantera, los estudiantes se vieron presionados por el inspector Clouseau (los Mossos) y dibujaron una puerta en la pared para huir de una Rambla fortificada y dirigirse a Sants, su feudo.
El cambio de rumbo sorprendió a la policía autonómica, pero no la desbordó. Los responsables del operativo reaccionaron a tiempo y los antidisturbios siguieron a los 5.000 jóvenes de forma discreta. Más allá de los reflejos de los mandos, la clave para que la marcha acabara sin incidentes fue la actitud pacífica de los convocantes. Y también su servicio de orden interno, que disuadió a unos pocos violentos que buscaban un encontronazo a medianoche con la Brigada Móvil. "Había que demostrar que la estrategia policial era ridícula. La gente estaba traumatizada por las cargas de la semana pasada y no quería convertir Bolonia en un tema de orden público, recalcaron fuentes de los movimientos sociales.
Fuentes del cuerpo mostraron su satisfacción por el "éxito" del dispositivo en el sentido de que, a diferencia de la semana pasada, ni siquiera fue necesario usar la fuerza. También expresaron cierto malestar por la "falta de previsión" de los servicios de información. No tanto por el cambio decidido la noche anterior -la manifestación no fue convocada y, por tanto, no había una ruta prevista- como por la nota pública que la Dirección General de Policía difundió 24 horas antes. En ella se aseguraba que en la marcha se infiltrarían "grupos radicales" que no aparecieron. Creen que se puso la venda antes que la herida.
En Interior sigue abierta la duda de si el secretario de seguridad, Joan Delort, se hará cargo de los Mossos. El presidente de la Generalitat, José Montilla, tiene buenas relaciones con él, pero evita saltarse la cadena de mando del departamento, en cuya cúspide está Joan Saura.
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