"Aquí todo es posible"
El Circo del Sol estrena 'Varekai' y prorroga ya su estancia en Bilbao por la demanda de entradas - El espectáculo parte del mito de Ícaro
"Queremos hacer ver a la gente que aquí todo es posible". Tal es el objetivo del Circo del Sol, en palabras de su portavoz, Chantal Blanchard. La compañía canadiense presentó ayer en Bilbao su espectáculo Varekai ante unas 2.500 personas que abarrotaban las gradas del Grand Chapiteau, la enorme carpa que permanecerá instalada hasta el 26 de abril en la explanada de Botica Vieja. La producción ha tenido que prorrogar ya en una semana su estancia ante la capital vizcaína por la gran demanda de entradas. La organización espera que durante todas las funciones se llegue al lleno, lo que supondría acercarse a los 80.000 espectadores.
Todo lo que rodea al Circo del Sol merece el apelativo de grand. Junto a la carpa principal hay una auténtica ciudad ambulante formada por 71 camiones y carpas auxiliares para las taquillas, la cocina, la escuela y los servicios administrativos. Allí viven 180 personas de 18 países "que hablan nosecuantos idiomas", explica Blanchard. Entre ellos están los 56 artistas que asombrarán a los bilbaínos durante el próximo mes con sus habilidades aparentemente imposibles. También sus familiares y el resto de empleados -hay seis personas sólo para el vestuario-. Otras 150 personas han sido contratadas en Vizcaya para trabajar como porteros, acomodadores o ayudantes de cocina. "Es una compañía muy grande, tenemos 19 shows en todo el mundo, pero trabajamos como si fuéramos un equipo pequeño, sólo nos lleva ocho días montar todo", explica Blanchard.
La organización espera acercarse en total a los 80.000 espectadores
La función se basa en mezclar disciplinas circenses de todo el mundo
Varekai, que en romaní quiere decir "en cualquier lugar", supone una relectura del mito de Ícaro y un homenaje al espíritu nómada que se asocia a la tradición cirsense. Comienza cuando un joven alado pierde el don de volar y se precipita a un bosque poblado por criaturas fantásticas. Entre éstas hay acróbatas, bailarines, contorsionistas y personajes cómicos. "Cubrimos todos los tipos de entretenimiento. No es sólo circo o teatro; es todo", asegura Blanchard, quien cree que, aunque la compañía ha intentado siempre innovar en sus 25 años de trayectoria, "el fuego que impulsa a sus artistas" sigue siendo el mismo, "hacer soñar al público".
Este espectáculo, dirigido por Dominic Champagne, es una mezcla de disciplinas y tradiciones circenses: danzas georgianas, acobracias orientales, payasos que aluden a la cultura pop... Tres niños chinos de entre 11 y 13 años participan en algunos de los números. Proceden de circos-escuela de ese país y han estado durante 18 meses recorriendo el mundo con la compañía. "Estudiando como el resto de niños", aclara Blanchard. "Bilbao va a ser la última ciudad en la que actúen antes de volver a su casa".
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