"No hay fricciones entre Il Cavaliere y Fini"
Roberto Formigoni, de 61 años, es el presidente de Lombardía, la región donde se encuentra Milán, y uno de los pesos pesados del centro-derecha italiano. Lombardía aporta más del 20% del PIB del país. En una entrevista concedida al margen de un acto organizado por EncuentroMadrid, Formigoni rechaza la idea de fricciones entre Silvio Berlusconi y Gianfranco Fini y considera exagerados los temores a pulsiones xenófobas en Italia. "No hay fricciones entre los dos. Fini está desempeñando bien su papel institucional [presidente de la Cámara]. La diferencia está en el cargo, pero no hay discrepancia ni distancia política entre ellos", responde Formigoni a quienes creen detectar un malestar en el principal aliado de Berlusconi respecto a las maniobras del primer ministro.
Formigoni rechaza las acusaciones de los analistas que achacan a sectores del Gobierno haber soplado en tiempos de dificultad sobre el fuego de instintos xenófobos. "En tiempos de crisis, hemos dicho con claridad no al proteccionismo, no al cerrarse en sí mismos. Otros países han caído en esas tentaciones, pero no Italia. No significa que seamos inmaculados. Pero estamos exorcizando la llegada de este peligro", dice Formigoni, que cree que el tejido económico italiano está respondiendo mejor que otros a la crisis.
"Durante la última década, Italia ha crecido menos que los países europeos, pero ahora está resistiendo mejor. Quizá, al final de la crisis se demostrará que nuestro modelo no era tan malo. Que igual, con su característico entramado de pymes y de bancos prudentes, era mejor que los otros".
Formigoni responsabiliza a la prensa por cargar demasiado las tintas en ciertos asuntos. Uno de ellos, la autorización a las rondas ciudadanas. "Se ha hablado de una abdicación del Estado, algo totalmente equivocado. Sólo hemos concedido espacio a cuerpos de voluntarios que, con su presencia en las calles, aumentarán la seguridad. Pero la ley establece límites muy precisos para su actuación", dice Formigoni, quien recuerda que las leyes aprobadas por el actual Gobierno "han sido todas conformes a la legislación europea. Quienes han lanzado acusaciones a Italia han tenido que dar marcha atrás y disculparse". "Los instintos xenófobos circulan más en la prensa que en la calle", zanja.
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