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Guipúzcoa se opone a rebajar los peajes a los no residentes

Mikel Ormazabal

El diputado de Infraestructuras Viarias de Guipúzcoa y portavoz foral, Eneko Goia, se opuso ayer a aplicar descuentos en las autopistas A-8 y AP-1 a los usuarios que, no residiendo en esta provincia, trabajan en ella y utilizan diariamente estas carreteras. Opinó que esta medida sólo sería posible si el resto de territorios colindantes -Álava, Vizcaya y Navarra- establecen las mismas rebajas a los conductores guipuzcoanos.

Goia salió así al paso de una propuesta presentada por Aralar en las Juntas Generales de Guipúzcoa y aprobada por unanimidad. Esta formación pidió que se extiendan a los residentes de fuera de Guipúzcoa que trabajen en este territorio los mismos descuentos que la Diputación tiene establecidos para los guipuzcoanos. El portavoz foral se opuso a ofrecer ventajas a los no guipuzcoanos hasta que las instituciones de Vizcaya, Álava y Navarra aprueben ventajas similares en sus autopistas Recordó que los descuentos en la Eibar-Vitoria (AP-1) y en la A-8 sólo se aplican en Guipúzcoa, aunque Vizcaya anunció recientemente que tiene previsto aplicarlos para sus contribuyentes.

En el momento en que el resto de territorios aprueben sistemas de descuentos similares a los de Guipúzcoa, señaló Goia, podría estudiarse la extensión de las ventajas a ciudadanos de otras provincias.

Mientras, el diputado de Carreteras insistió en que Guipúzcoa no compensará económicamente a la Diputación alavesa por el retraso que está sufriendo la apertura de la Eibar-Vitoria (AP-1), ya que en los convenios suscritos en su día no figura ninguna cláusula que recoja esta indemnización. Álava calcula que está dejando de ingresar más de 450.000 euros al mes porque el retraso en la parte guipuzcoana retrasa la apertura de la autopista y, consiguientemente, cobrar el peaje a los usuarios.

Problemas con el agua

Por otra parte, el abastecimiento de agua a 308.000 guipuzcoanos de San Sebastián y los 10 municipios de su entorno se encuentra en riesgo ante el importante deterioro que sufre el canal de la presa de Añarbe, cuya reparación requiere la construcción de un sistema alternativo, que costaría unos 19 millones de euros, según informó ayer el presidente de la Mancomunidad de Aguas del Añarbe, Enrique Noain, en una comparecencia en las Juntas.

Noain explicó que el canal del Añarbe es el "cordón umbilical" del sistema de abastecimiento, ya que es la única conducción que transporta el agua desde el embalse hasta la potabilizadora de Astigarraga, informa Efe. Construido en 1969, tiene 12 kilómetros y está muy deteriorado.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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