Colita y el porno
Como autor del libro Jaime Gil de Biedma en el que se inspira el filme El cónsul de Sodoma, quisiera puntualizar lo siguiente: me sorprende que una artista de peripecia tan libre como la fotógrafa Colita declare en el artículo Gil de Biedma. Una vida de película, aparecido en EL PAÍS el pasado martes, que si la película "sale del libro de Dalmau, será una película porno".
Dejando aparte mi relación de onanista compulsivo ante las efusiones propias del género, me parece poco serio reducir un trabajo de investigación de cinco años y 500 páginas al 8% que mi obra dedica a la vida erótica del poeta. Lamentablemente, no es la primera vez. ¿Qué libro ha leído Colita para afirmar que en él sólo hablo de braguetas?
Sorprende que toda aquella búsqueda de libertad a través del sexo, y no sólo él, y de ruptura con la rígida herencia recibida provoque el nerviosismo -y no el orgullo- de aquellos que lo vivieron para su propio deleite. Y enseñanza de todos.
Claro que ya dijo el propio Gil de Biedma: "El tiempo. Ya todo se comprende".
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