_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Insidiar

La trama de espionaje de la Comunidad de Madrid se fraguó en los sótanos de esta casa. En sombríos cubículos secretos, oscuros personajes, que se hacían pasar por periodistas, redactaron sus insidiosos informes, inventando una realidad que cuadraba con sus malvados planes. Todo es una gran mentira, una conspiración que tiene entre sus objetivos el dominio del mundo comenzando por la Comunidad de Madrid, que les pilla más a mano. Insidiaron, dice Granados, exhumando un verbo a la medida de la situación. Insidiaron de forma sutil, elaborando con diferentes caligrafías partes de seguimientos que nunca existieron, o si existieron nunca fueron encargados. El hecho de que algunos presuntos espiados corroboren que lo fueron, no es más que otra artimaña, quién sabe, a lo mejor Prada o Cobo están siendo chantajeados por agentes del SIPA, el siniestro Servicio de Información de EL PAÍS, un grupo de expertos, reclutados entre antiguos alumnos de la Stasi, la ominosa policía política de la antigua Alemania Oriental, expertos en insidiar al servicio de intereses bastardos y criminales.

La cadena Telemadrid es un híbrido entre el cine fantástico y la teletienda política

Para conocer el verdadero intríngulis de la trama, no hay que leer este periódico insidioso que destila veneno por todas sus páginas, su tinta mancha y contamina a los espíritus puros. Para saber de dónde vienen los tiros hay que recurrir a una fuente de información más fiable como Telemadrid, una cadena que no solía visitar con frecuencia pero que a partir de ahora será mi favorita; mucho más entretenida que el canal de ciencia-ficción de la televisión de pago, Telemadrid es un híbrido entre el cine fantástico y la teletienda política. El canal de la Esperanza, como el teléfono de la ídem, puede convertirse en un refugio para mentes febriles y adictos a las teorías de la conspiración de andar por casa. Seguir sus programas informativos es acceder a un limbo en el que la realidad aparece lejana y velada por una cortina de... insidias.

Hace unos días, no me pregunten cuántos porque mi sentido del tiempo anda un tanto perturbado desde entonces, vi en la programación nocturna y alevosa de Telemadrid, un especial, muy especial, informativo sobre la trama que nos ocupa y se me abrieron los ojos, síntoma inicial de un insomnio que no me ha dejado todavía. En el especialísimo espacio, un equipo de profesionales, no se sabe de qué pero profesionales, exponían los resultados a los que habían accedido tras largas semanas de investigación. A diferencia de otros programas del género en el que se sugieren dudas o se exponen hipótesis más o menos verosímiles, el especial de Telemadrid estaba presidido por las más absolutas de las certezas, verdades a machamartillo sobre el cúmulo de mentiras que unos informadores de este diario, en connivencia con algunos políticos de la oposición a Esperanza Aguirre, dentro y fuera de su partido, habían urdido para insidiar a la presidenta regional y a los suyos.

Uno de los problemas del periodismo de investigación consiste en que si los investigados y sus partidarios descubren un mínimo fallo en un conjunto de aciertos se sienten autorizados a negarlo todo y a exigir inmediatas excusas por haber sido insidiados. Un trastoque de fechas, un error de transcripción, una minucia, bastan para elaborar fulgurantes y tonantes desmentidos. Aportar pruebas exculpatorias es otra cosa; ya se sabe que todos somos inocentes hasta que la justicia demuestre lo contrario y que para cuando la justicia acabe de pronunciarse sobre este caso ya habrá llovido mucho y siempre sobre mojado y los insidiados y sus insidias habrán sido olvidados, enterrados bajo el peso de otros escándalos más recientes.

Telemadrid investigó a fondo este diario, tanto lo investigó que el ejemplar que aparecía en pantalla se veía muy manoseado y abarquillado en los bordes y las imágenes reproducidas de sus páginas, borrosas y arrugadas. Al enemigo ni agua, es posible que los desinformadores del informativo no tuvieran más que un ejemplar, por no haber querido gastarse ni un euro más en la adquisición de otros ejemplares de este periódico para no contribuir a la financiación de su conjura mundial cuyo terreno de pruebas es la Comunidad de Madrid. A Telemadrid sí que la financiamos entre todos y si quieren saber qué es lo que estamos financiando exactamente no tienen más que asomarse a su programación, no sin tomar antes ciertas precauciones para no ser abducidos por los encantos de Güemes, la labia de Aguirre, o el insidioso discurso de sus lacayos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_