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Reportaje:Elecciones en El Salvador

El Salvador vota con sensación de cambio

Con el 33% escrutado, el izquierdista FMLN conseguía 2,5 puntos de ventaja

Los primeros datos oficiales confirmaron ayer la sensación de cambio en El Salvador. Con el 33,28% de las actas procesadas, el Tribunal Supremo Electoral anunció a las 19.40 (las 2.40 de la madrugada en la España peninsular) que el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) estaría a punto de alcanzar la presidencia del país al haber obtenido un 51,28% de los 874.662 votos escrutados. El partido de la derecha que ostenta el poder, la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), sólo habría alcanzado el 48,72% de los sufragios. Aunque el presidente del tribunal electoral advirtió que ningún partido tendría derecho a proclamarse ganador hasta el fin del recuento, el candidato de la antigua guerrilla, el periodista Mauricio Funes, ya saboreaba la que, si se confirma, sería una victoria histórica. Nunca la izquierda había gobernado este país.

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La señora los ve acercarse al colegio electoral cubiertos con la bandera del partido de la derecha y abre los brazos: "Ay mis muchachos, qué lindos, ojalá pudierais votar". Los dos perritos menean la cola como si dijeran que sí, que por Arena lo que hiciera falta, y su dueño sonríe complacido. La escena es observada por un grupo de pacíficos muchachos vestidos con la camiseta roja del FMLN, y el resto del cuadro lo componen vendedores ambulantes que gritan "chile, chile, chile; mango, mango, mango; jugos, jugos, jugos...".

Durante el último mes, los políticos de El Salvador (fundamentalmente los de la derecha, pero también los de la izquierda) se han empeñado en convertir la campaña electoral a la presidencia en un infierno de suciedad y acusaciones sin prueba, pero los ciudadanos, ayer, los dejaron en evidencia. Hasta el cierre de las urnas, la jornada se desarrolló con orden, alegría y grandes atascos, porque el sistema salvadoreño obliga a cada votante a desplazarse al lugar donde se sacó la credencial electoral por primera vez.

Esa peculiaridad -ideada tras la guerra para evitar las presiones de los caciques locales- ya no tiene sentido, pero sigue vigente y obliga a muchos electores a cruzar la ciudad o incluso el país para depositar la papeleta. Cuando por fin lo hacen, en vez de regresar a casa andando, disfrutan del día de fiesta, de los granizados de fresa que el vendedor arranca de una barra de hielo con un cepillo de carpintero, de las hamburguesas gratis y los descuentos que las cadenas de comida rápida ofrecen a quien presente el pulgar marcado por la tinta electoral: "Muéstranos que has votado y Pollo Campero te invita a un flan gratis...".

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Los observadores internacionales están alucinando con la parcialidad de los medios y el poco respeto de los dirigentes gubernamentales con las reglas más elementales del juego. Al frente de la misión de la Unión Europea, el eurodiputado socialista Luis Yáñez está siendo testigo de cómo lo que dicen la mayoría de los noticieros salvadoreños y lo que se siente en la calle no coincide en absoluto. Si algo estaba claro ayer, en una jornada de gran participación y prácticamente ningún incidente, es que la mayoría de las personas consultadas -votantes de la derecha incluidos- esperaban una victoria del FMLN. Así lo seguían apuntando, además, los sondeos secretos de ambos partidos.

Luis Yáñez, obligado a la prudencia del cargo, ha tenido que responder a decenas de entrevistas en las que periodistas partidarios del Gobierno querían arrancarle a toda costa una declaración en la que descartara la posibilidad del fraude que teme la oposición. "Los candidatos no deberían hablar de fraude sin pruebas...", enfatiza, más que pregunta, el entrevistador. Y el jefe de la misión de observadores aprovecha para enviar una carga de profundidad: "No debería ser, pero de igual manera tengo la obligación, como jefe de misión, de ser equilibrado y tampoco está probado que si gana el FMLN van a desaparecer las libertades y llegue el comunismo, es un proceso de intención que se hace en campaña, pero que no está probado...". Esa carga de profundidad contra el discurso de la derecha sentó muy mal en la sede del Gobierno, que incluso llegó a plantearse una protesta ante Yáñez, que finalmente descartó.

Pero los atropellos a la pureza del proceso son continuos. En la prensa de ayer mismo -domingo, jornada de votación-, el presidente del Tribunal Superior Electoral, Walter Araujo, declara en una entrevista a doble página: "Si gana el candidato de Arena, ¿va a respetar el FMLN los resultados?". Claro que lo más llamativo para cualquier observador no es que Araujo declare eso, sino que pueda compatibilizar ese cargo con el de diputado de Arena y presidente de la Asamblea Legislativa. La cuestión es si la izquierda del FMLN, que tanto ha denunciado esta situación, está dispuesta a cambiarla en el caso de que el recuento total confirme su llegada al poder.

Un salvadoreño deposita su voto en la localidad de Cinquera.
Un salvadoreño deposita su voto en la localidad de Cinquera.ASSOCIATED PRESS

'Maras' y remesas

- Violencia. El Salvador tiene la tasa más alta de muertes violentas de Latinoamérica debido, sobre todo, a la acción de las maras o pandillas, aunque en 2008 se registraron 3.179 homicidios, lo que supone un descenso respecto a los 3.928 de 2006.

- Pobreza. Afecta al 37% de la población. El 11% se encuentra en la extrema pobreza. La tasa de analfabetismo en 2005 era del 18,9%.

- Crecimiento. El producto interior bruto (PIB) creció un 3,2% en 2008, y la inflación, un 5,5%. Las principales exportaciones son las manufacturas y el café, aunque su saldo comercial es deficitario en 5.200 millones de dólares (unos 4.022 millones de euros).

- Dependencia de EE UU. El país norteamericano es su principal socio comercial y el receptor de más inmigrantes salvadoreños, más de 2,5 millones. Las remesas que éstos envían se han convertido en la segunda fuente de ingresos para el país (17% del PIB) después de los servicios (60%). En 2001 se fijó un tipo de cambio inalterable del colón con el dólar.

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