El Euríbor llega al mínimo desde su creación y seguirá bajando aún más

Han tenido que pasar tres años de subidas y una crisis financiera como el mundo no había conocido en 80 años para que el Euríbor se venga abajo. Pero una vez que comenzó a hacerlo a finales del año pasado, la caída ha sido de vértigo. El índice que condiciona los presupuestos de tantas familias y empresas ha pasado en menos de medio año de su máximo histórico -el 5,5%- al mínimo, no menos histórico: el 1,923% en el que se quedó ayer. Es el nivel más bajo desde que se creó el índice, hace diez años.

Es pronto para decirlo, pero los niveles en los que se mueve el Euríbor hacen predecir que la media del mes se quedará en torno al 1,94%. Esto supondría un récord -otro más- en la rebaja de la hipoteca. Por ejemplo, una familia con un préstamo medio basado en el dato de marzo de 2008 paga ahora 885 euros. Pero si ese mismo préstamo se calcula con el índice de este mes, la factura se quedaría en 668 euros. Es decir, el ahorro anual de esta hipotética familia superaría los 2.600 euros.

Los más beneficiados son los que ya tienen un crédito, no los que piden uno ahora

Y, por si fuera poco, todos los indicios apuntan a que la tendencia bajista continuará. Una semana después de que el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, dejara en el 1,5% el precio oficial del dinero, el mercado da por hecho que los recortes de tipos continuarán. Las previsiones son que lleguen al 1% en verano; ya sea a través de una rebaja del 0,5% en mayo; o de dos del 0,25%.

Esteban Sánchez, de Analistas Financieros (AFI), calcula que el promedio del Euríbor para lo que queda del año se quedará en el 1,8%. Y seguirá cayendo en 2010 hasta un mínimo del 1,5%, según los pronósticos de AFI. Santiago Carbó, catedrático y consultor de la Reserva Federal de EE UU, coincide en su diagnóstico; y augura que cerrará el año en el entorno del 1,5%. "El mercado ha vuelto a funcionar. Ya no ocurre lo de antes: que el Euríbor no reaccionaba a las bajadas del tipo de interés", explica Carbó. Los bancos no se fiaban los unos de los otros y por eso encarecían el dinero que se prestaban entre sí. Y esto es precisamente lo que marca el Euríbor.

Pero no todo son buenas noticias para los endeudados. Porque la evolución de este índice beneficia a los que ya tienen una hipoteca a tipo variable. Pero no tanto a los que ahora se acerquen a una sucursal bancaria a pedir un crédito. Las entidades han aumentado en los últimos meses los diferenciales que cobran. El efecto final para los clientes nuevos es que los préstamos no se abaratan tanto como deberían. "Lo cierto es que los bancos están volviendo a un nivel normal de riesgo. Lo inusual era lo de antes; que concedieran préstamos con tipos y diferenciales tan bajos", concluye Carbó.

Y, en el otro lado de la cadena, la bajada de los tipos es una mala noticia para los ahorradores, que ven cómo bancos y cajas remuneran cada vez menos el dinero que tienen en sus cuentas.