Molly Kool, pionera del mar
Fue la primera mujer con licencia de capitán en Canadá
La capitán Molly ya no podrá volver a surcar los mares. Molly Kool, nacida en Nuevo Brunswick (Canadá) en 1916, falleció el 4 de marzo en una residencia de ancianos en el Estado de Maine, en Estados Unidos. Fue la primera mujer que recibió, a los 23 años, una licencia para poder capitanear un barco en costas norteamericanas.
Símbolo y leyenda para muchos luchadores por los derechos de las mujeres, Molly Kool nunca pareció ser totalmente consciente de su propia gesta. Como dijo en numerosas ocasiones, ella sólo quería comandar el barco de su padre, el Jean K, que transportaba mercancías de navíos anclados en alta mar a los distintos puertos costeros.
La pasión por el mar corría por las venas de su familia. Su padre, Paul Kool, era un marinero holandés que emigró a Canadá. Ella quiso ser como él, e intentó obtener el título de oficial en repetidas ocasiones. Lo consiguió en 1937 en la Escuela de Marina Mercante de Nuevo Brunswick, que al principio rechazó su solicitud.
Dos años después consiguió el título de capitán por el Instituto de Marina Mercante de Yarmouth, en Nueva Escocia. Aquella misma tarde le envió un escueto telegrama a su familia: "A partir de ahora podéis llamarme capitán". Comandó el barco familiar durante cinco años.
Se enfrentó a incontables problemas en la indomable Bahía de Fundy, entre las costas de Maine y Nueva Escocia. Bancos de niebla, placas de hielo, tormentas e incendios fueron enemigos formidables. Pero la gran bestia negra de esta intrépida mujer fue el machismo imperante en la época.
"La señorita Molly Kool, de 23 años", decía en 1939 una breve crónica del diario The Chicago Tribune, "ha obtenido la licencia para operar navíos. Se cree que es la segunda mujer en el mundo en obtener la documentación para operar barcos en aguas costeras". Su caso apareció en la versión radiofónica de Increíble pero cierto como una rareza inesperada.
Pero Molly Kool hizo historia. La Ley de Marina de Canadá tuvo que reescribirse para cambiar el género de las solicitudes. Donde decía "él" se tuvo que añadir un "ella", abriendo la puerta a que las mujeres pudieran considerar una carrera al timón.
Sus aventuras, sin embargo, no duraron más de cinco años. Una explosión causada por una fuga de gas incendió el Jean K en 1944. Molly Kool quiso tomarse unos meses de respiro y regresar al timón una vez se hubiera reparado el barco. Nunca regresó. Se casó con Ray Blaisdell, de Maine, y pasaron 20 años. El primer marido murió, Molly se volvió a casar, esta vez con un hombre de negocios, John Carney, que le compró un pequeño barco, bautizado como ella, Molly Kool.
Pasó sus últimos años en una residencia en Bangor, en el Estado norteamericano de Maine, recordando sus años en el mar. Sus vecinos la llamaban capitana, e instalaron un timón a la puerta de su apartamento. El Gobierno canadiense, sin embargo, no reconoció oficialmente que fuera la primera mujer capitán del país hasta hace tres años. A veces, las grandes gestas no se reconocen hasta que entran en los libros de historia.
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