El Gobierno veta propuestas de ley de la oposición para evitar que prosperen

El Gobierno empezó a comprobar ayer el calvario que puede pasar en lo que queda de legislatura y la situación de debilidad en la que ha quedado tras las elecciones gallegas y vascas. En la jornada en el Congreso se vivió a pequeña escala lo que puede ocurrir en las próximas semanas y meses: el PNV advirtió al PSOE que quizá no pueda aguantar toda la legislatura y, además, se conoció que el Gobierno ha hecho uso de la potestad que tiene para vetar proposiciones de ley, de tal manera que no lleguen ni siquiera a ser tomadas en consideración, por temor a que salgan adelante en contra de su voluntad. Así las cosas, el portavoz socialista, José Antonio Alonso, pidió en la reunión de su grupo parlamentario esfuerzo y disciplina.

Por su parte, la oposición extremó el acoso para aprovecharse de esa situación de debilidad y denunciar que el Gobierno está haciendo uso de instrumentos "excepcionales" para defenderse. La prerrogativa legal de la que ha echado mano el Gobierno está anclada en el artículo 134.6 de la Constitución y el 126 del reglamento del Congreso, que permite al Ejecutivo vetar proposiciones de ley de la oposición si considera que significan aumento de gasto o disminución de ingresos.

Esa potestad sólo se utilizó una vez en la época de Felipe González y en esta legislatura ya ha sido esgrimido 10 veces por el Gobierno. Los vetos se refieren a siete iniciativas del PP y otras tres del grupo de ERC, ICV e IU. Todas ellas son propuestas económicas, entre ellas la reducción de impuestos. La portavoz del PP, Soraya Saénz de Santamaría, anunció que su grupo recurrirá al Tribunal Constitucional por considerar que el Ejecutivo abusa de esta potestad para evitar que se debatan propuestas económicas de la oposición que, obviamente, alteran gastos e ingresos del Estado. Pero la amenaza más directa vino del portavoz del PNV, Josu Erkoreka, al pronosticar que José Luis Rodríguez Zapatero puede verse forzado a convocar elecciones anticipadas por falta de apoyo. "Tengo dudas de que el presidente vaya a culminar al cien por cien la legislatura", señaló Erkoreka. Para el portavoz nacionalista, el veto a las proposiciones de la oposición es "una muestra más" de la "cerrazón" con la que el Gabinete aborda "eso que llama geometría variable, que parece consistir en impedir debates que son incómodos y hacer imposible que en la Cámara se puedan conformar mayoría alternativas", señaló. Los votos del PNV, junto con los del BNG, permitieron al Gobierno aprobar los Presupuestos para 2009 hace apenas tres meses, después de un trabajo arduo del portavoz del PSOE en esa materia, Francisco Fernández Marugán, con los de los partidos nacionalistas vascos y gallego. Mala relación con el PNV

Pero la relación con el PNV apunta a enrarecerse más aún. Mientras Erkoreka auguraba el fin prematuro de la legislatura, el PNV anunciaba su decisión de no acudir a la ronda de consultas del PSE para intentar formar Gobierno. En el Grupo Socialista, algunos diputados reaccionaron con enojo. "Buscaremos otros aliados", señaló un parlamentario socialista vasco. Ayer, en las votaciones en el Pleno, el PSOE alcanzó acuerdos con CiU, ERC, CIU e ICV para no perder algunas votaciones. Pero las iniciativas de más trascendencia las salvó gracias al Partido Popular. Y no porque se apunte a una coalición entre los dos grandes partidos sino porque la naturaleza de las mismas sólo podían conducir a que el Partido Popular fundiera sus votos con el PSOE. Ambos votaron en contra de subir de inmediato el salario mínimo y regular la eutanasia. José Antonio Alonso y Ramón Jáuregui, portavoz y secretario general del Grupo Socialista, respectivamente, respiraron aliviados. Salvaron el día.