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Madrazo achaca su fracaso electoral a la polarización entre el PNV y el PSE

El Consejo Político de EB debate el viernes si acepta la dimisión de su líder

La polarización entre el PNV y el PSE es la principal culpable del fracaso electoral de Ezker Batua (EB), que el pasado día 1 cayó de tres a un solo escaño, perdiendo por el camino incluso el de su líder, Javier Madrazo. La Presidencia de EB hizo anoche público ese análisis de su derrota, tras escuchar las reflexiones de su coordinador general, y remitió al Consejo Político del próximo viernes, el debate sobre la renuncia al cargo de Madrazo.

El revés electoral fue tratado en profundidad por los miembros de la presidencia. Nadie quiso hacer declaraciones tras dos horas y media de reunión y el órgano directivo de la formación se limitó a remitir a los medios un comunicado en que trata de explicar las causas del batacazo.

Los críticos plantean refundar EB, "aunque produzca vértigo"

Ezker Batua achaca su bajada de votos (casi 30.000) y escaños a tres factores. En primer lugar, cita la "fuerte polarización" electoral entre PNV y PSE. Añade su propia "imposibilidad" de "trasladar, con claridad, a la ciudadanía sus propuestas y su gestión al frente del Gobierno vasco". Y, por último, ve "dificultades derivadas de su presencia en un Ejecutivo de coalición con PNV y EA, en un contexto marcado por el frentismo entre nacionalistas y constitucionalistas".

El Consejo Político tendrá la última palabra sobre el futuro de Madrazo, quien ya ha mostrado su intención de regresar a su plaza de profesor de Filosofía en un instituto de Bilbao. Desde la noche del 1-M había guardado silencio en todas sus apariciones públicas, en las que compareció en su condición de consejero de Vivienda en funciones.Ayer reflexionó sobre el resultado de los comicios junto al resto de miembros de la presidencia, en la que se sientan hasta tres corrientes: los fieles a Madrazo, sus aliados del PCE y los críticos. Estos últimos suman el 23% de los apoyos frente al 57% de los seguidores del coordinador general y el 20% de los comunistas.

Los críticos, encabezados por el ex parlamentario Oskar Matute, plantean la necesidad de disolver EB para refundar la izquierda tras el desastre en las urnas. Matute ya consideró el pasado viernes que la viabilidad de EB se encuentra definitivamente dañada. Los críticos sostienen que miles de vascos se encuentran "huérfanos" de referencia tanto electoral como social después de los bandazos de EB y es preciso darles respuesta cuanto antes.

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Matute no se conforma con un cambio de nombres en la dirección, pues "no garantiza" la catarsis que debe experimentar la izquierda. "Ya sé que produce vértigo la refundación, pero hay que seguir defendiendo un movimiento de política social inacabado" que es la izquierda, declaró antes de la reunión a EL PAÍS.

La presencia en el tripartito y el desgaste que le ha podido ocasionar fue uno de los centros del debate de anoche. El análisis de los críticos es que EB no fue capaz de movilizar a su electorado potencial, que optó por quedarse en casa de manera mayoritaria o por votar a otras opciones de izquierda, menos dañadas que EB por "querer mantenerse en el poder a toda costa".

El sector oficialista arremetió contra los críticos, a los que culpa de buena parte del desastre por su empeño en airear y acrecentar las diferencias internas, dañando así, opinan los fieles a Madrazo, la coalición.

El apoyo de los comunistas en la séptima Asamblea que la formación celebró el pasado mes de junio en Bilbao resultó definitivo para dar la mayoría a Madrazo frente a sus críticos y que pudiese reeditar su liderazgo al frente de Ezker Batua. Ese apoyo resultó una sorpresa, ya que el PCE históricamente había denostado la gestión de Madrazo, criticándole su apego al poder y su escoramiento hacia las tesis soberanistas de sus socios de gobierno.

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