Unió recuerda a Mas que la independencia "no es un compromiso electoral de CiU"

Nueva riña entre Convergència Democràtica (CDC) y Unió Democràtica (UDC). En esta ocasión los democristianos están enojados por el apoyo explícito que ha dado el partido de Artur Mas a la marcha soberanista del sábado pasado en Bruselas a favor del "derecho a decidir" y del "Estado propio" para Cataluña. El secretario general de UDC, Josep Maria Pelegrí, recordó ayer a Mas que "entre los compromisos electorales de CiU no está la independencia". El dirigente democristiano no quiso ahondar más en la polémica, por lo que recordó que su partido "respeta" a todos los que secundaron la marcha independentista.

Lo que molestó en la ejecutiva de Unió de ayer fue la identificación, casi sin matices, de CDC con el independentismo, algo que en su opinión aleja a la federación nacionalista del centro político. "Lo que preocupa ahora es la crisis económica y el paro, no otros debates", dijo Pelegrí.

A Bruselas acudió el sábado una delegación convergente de segundo orden encabezada por Àngel Colom y en la que no estaba Artur Mas ni ninguno de sus adláteres.

Polémicas aparte, Unió aprovechó el primer aniversario de la segunda legislatura del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para distanciarse del PSOE ahora que los nacionalistas necesitan nuevos aliados. Pelegrí calificó de "fracaso" el proyecto político de Zapatero y analizó la figura de éste, que tachó de "debilitada y devaluada". Además acusó al presidente del Gobierno de "enseñar a maltratar Cataluña". Poco margen ven los nacionalistas en Madrid, por más que el PSOE los necesite como socios ahora que los nacionalistas vascos y gallegos parecen abocados al distanciamiento. La semana pasada fue Convergència la que avisó al presidente del Gobierno de que no tendrá en el nacionalismo moderado catalán un oportuno aliado. Artur Mas sostuvo de forma categórica que "CiU no será el salvavidas del PSOE".

Pero existían algunas dudas sobre cómo reaccionaría el socio menor de la federación nacionalista, Unió, que, liderado por Josep Antoni Duran Lleida, siempre ha sido más proclive al pacto con los socialistas. Sin embargo, Unió se sumó ayer a la línea dibujada por Mas y deja la política de alianzas del PSOE lista para sentencia tras las elecciones vascas y gallegas. "No queremos alimentar la esperanza de continuidad de Zapatero", afirmó. Lo que sí ve posible el secretario general de Unió es un acercamiento entre socialistas y populares a nivel estatal, después de que se haya consumado, según su opinión, su alianza en Euskadi.

Los nacionalistas han tenido juego en el Congreso en aspectos económicos, pero aspiran a más. Otro elemento que tener en cuenta es que queda poco más de año y medio para los comicios catalanes y sería difícil de explicar una alianza con el PSOE, partido hermano del PSC que gobierna Cataluña junto con ERC e ICV-EUiA.