El debate nuclear
Estamos ansiosos por abrir ese debate. Estamos ansiosos por escuchar, no a propagandistas pronucleares sino a expertos honrados, que demuestren que la energía nuclear, si no se externalizan costes, es con mucho la alternativa más cara; que no proporciona independencia energética (ni tenemos uranio ni tenemos permiso para enriquecerlo); que no reduce en absoluto el cambio climático (la extracción, enriquecimiento y transporte del uranio provoca tantas emisiones de CO2 como las de una térmica de gas equivalente). Y queremos oír finalmente cuál es el riesgo de sufrir un accidente grave tipo Chernóbil si se prolonga la vida de las destartaladas centrales nucleares españolas. Pues ése y no otro es el objetivo del debate nuclear que nos propone el ex presidente González: alargar la vida de las cafeteras nucleares. Pues todos saben que la construcción de nuevas instalaciones está descartada, a la vista del desastre económico que está suponiendo la nueva central EPR que los franceses están construyendo en Olkiluoto (Finlandia).