El tribunal del 'caso Yak-42' rechaza llamar como testigos a Aznar, Trillo y Bono

"En el tanatorio de Trabzon di las instrucciones necesarias al general Beltrán y a la delegación médica para que ultimasen el proceso de identificación de los restos y tramitasen con urgencia su regreso a España". Los abogados de las familias de las víctimas del Yak-42 no podrán preguntar al ex ministro de Defensa Federico Trillo qué quiso decir con esta frase, que pronunció en el Congreso de los Diputados el 4 de junio de 2003, nueve días después del accidente aéreo de Trabzon (Turquía).

El tribunal, que preside el magistrado Javier Gómez Bermúdez -el mismo que presidió la vista oral del 11-M-, ha rechazado que Trillo comparezca como testigo en el juicio, que se celebrará del 24 de marzo al 3 de abril. Tampoco declararán el ex jefe de Gobierno José María Aznar; el primer ministro de Defensa de Zapatero, José Bono, ni ninguno de los miembros de la cúpula militar de la época. La Audiencia Nacional alega que sus declaraciones no son útiles, "al no tener relación directa con el objeto del proceso" o disponer sólo de información indirecta.

En el banquillo se sentarán el general de división Vicente Navarro, el comandante José Ramón Ramírez y el capitán Miguel Ángel Sáez García, todos del cuerpo médico, a quienes se acusa de falsificación de documento oficial por atribuir caprichosamente la identidad a los 30 cadáveres que no se había logrado identificar en Turquía.

En el juicio testificarán los familiares de ocho de los 62 militares fallecidos en el Yakovlev. También lo harán el ex jefe del Estado Mayor de la Defensa Félix Sanz, a quien Bono encargó una investigación interna; el teniente general Manuel Bretón, ex jefe de gabinete de Trillo, y el teniente general José Antonio Beltrán, que estuvo imputado en esta causa. Además, se interrogará mediante videoconferencia a los forenses turcos que intervinieron en las autopsias.

Las pruebas de ADN ya demostraron que los miembros del equipo médico español erraron en todas sus identificaciones, quizá porque tenían prisa en volver a tiempo de asistir al funeral de Estado en Torrejón. Lo que difícilmente aclarará el juicio es quién les ordenó actuar así.