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Aerosoles contra obras de arte

Las esculturas abstractas de Gerardo Rueda expuestas en el paseo del Prado se encuentran llenas de pintadas

Ninguna de las seis esculturas de la exposición del artista Gerardo Rueda situadas en el paseo del Prado y en la cuesta de Moyano se ha salvado de los vándalos. Rafa, Gato, Socle... y algún que otro enamorado que dibuja corazones han dejado su firma. Graffitis y más graffitis sobre las obras escultóricas urbanas más representativas de la producción del artista madrileño, fallecido en 1996.

Las esculturas afectadas por las pintadas son Polar II (1969), Sin título (1970), Almagro Amarilla (1987), Moderno (1987), Protagonista (1992) y Homenaje a Arthur Rubinstein (1987). La obra que se lleva la peor parte por el tamaño de las pintadas es la primera, realizada en acero cortén cromado.

"Una exposición en la calle tiene riesgos inevitables", dice el hijo del artista

Una portavoz de la Junta del Distrito de Retiro indicó que la Fundación Gerardo Rueda ya ha sido informada del problema de las pintadas. Según el Ayuntamiento, tienen que ser los expertos quienes asuman la limpieza de las obras. "No es como limpiar una pared cualquiera", dicen. La Junta de Retiro hace un llamamiento a la cultura ciudadana: "No se puede poner un policía en cada escultura, pero deberían ser respetadas", aseguran.

La exposición callejera, que empezó el 13 de febrero y durará hasta el próximo 12 de abril, ha sido organizada por el distrito de Retiro, Caja Duero, la Fundación Gerardo Rueda y el Instituto Valenciano de Arte Moderno, IVAM, este último dueño de cinco de las seis esculturas.

José Luis Rueda, presidente de la Fundación Gerardo Rueda e hijo del artista, dice que el problema de los graffitis lo han tenido en todas las ciudades en las que desde 2004 se ha presentado la exposición al aire libre. Lo tuvieron en las calles de Nueva York y Dallas (Estados Unidos), Cascais y Oporto (Portugal). También en Valladolid.

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"Una exposición en la calle presenta riesgos inevitables. No tenemos ningún problema en admitirlo. Hay una cultura de graffitis generalizada, que no es cosa únicamente de Madrid y que acepto con tolerancia. Me quedo con lo positivo, con el hecho de que haya miles de personas que han visto la exposición de mi padre", afirmó José Luis Rueda. Después explicó que, al terminar la exposición, las obras serán restauradas por la fundación y llevadas a otras ciudades. Con posterioridad a Madrid, las esculturas se expondrán en Nápoles, Roma y Milán. Al finalizar la gira regresarán a su emplazamiento en el cauce del río Turia, en Valencia.

Estas agresiones no han sido un caso único. Las vacas de la Cow Parade instaladas en el paseo del Prado y en la cuesta de Moyano tampoco se salvaron de los vándalos Y la salvajada fue mayor: hierro candente para marcar a las vacas.

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