La dotación para regadíos será la mayor en tres años

La mejora de la situación hidrológica permitirá que los agricultores afronten una campaña de riego sin tensiones. La Comisión de Desembalse del Guadalquivir garantizó ayer una dotación mínima de unos 3.000 metros cúbicos por hectárea y, de continuar las precipitaciones, no se descarta que se llegue a los 4.000. Esa cantidad representa un incremento de más de 1.000 metros cúbicos con respecto al año pasado y supone la mejor campaña de riego desde el año 2006, con unas dotaciones que se aproximarían a la situación de normalidad, estimada en unos 4.500 metros cúbicos.

Esta dotación va a ser posible gracias a que los embalses del Guadalquivir están al 43,6%, con unas reservas de 2.132 hectómetros cúbicos, de los que en torno a 1.200 podrían desembalsarse para el riego, según señaló en Sevilla Jaime Palop, director de la Agencia Andaluza del Agua. Palop apeló a la prudencia antes de concretar la dotación exacta para el regadío, aunque admitió que "estamos ante un cambio de ciclo e incluso podemos soñar por primera vez en que podemos estar en el final de la sequía".

El secretario de la UPA, Agustín Rodríguez, valoró que los recursos disponibles permitirán afrontar una campaña "desde la normalidad" y se mostró convencido de que cultivos que han soportado un mayor déficit hídrico, como el olivar o el arroz, tendrán garantizado toda el agua necesaria. Asaja advirtió que si no se llega a un desembalse de 1.200 hectómetros demandará un decreto de sequía, una medida que sí reclamó Feragua. La presidenta de esta federación de regantes, Margarita Bustamante, dijo que la dotación de 3.000 metros cúbicos supone una restricción del 50% con respecto a una campaña normal, una afirmación que desmintió UPA.