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Tribuna:Economía global | Coyuntura nacional
Tribuna
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Las incontenibles cuentas públicas

Estamos en fechas de publicación de resultados por parte de las grandes empresas españolas y la primera de ellas, el grupo Administraciones Públicas (AA PP), ha acudido puntual a su cita. La Intervención General del Estado dio a conocer el martes los resultados de la ejecución del presupuesto del Estado y también la primera estimación de las cuentas del conjunto de las AA PP.

Lo primero que llama la atención es que, mientras las grandes empresas privadas están ofreciendo resultados positivos, aunque inferiores en general a los del año anterior, el sector público presenta unas "pérdidas" dignas de los bancos anglosajones. De un superávit de 23.259 millones de euros en 2007 (2,2% del PIB) se ha pasado a un déficit de 41.874 millones en 2008 (-3,82% del PIB) [gráfico superior izquierdo]. Todos los niveles de las AA PP, excepto la Seguridad Social, presentan números rojos: la Administración central, -30.047 millones (-2,74% del PIB); las comunidades autónomas, -15.848 millones (-1,45%); las corporaciones locales, -4.298 millones (-0,39%). Las administraciones de la Seguridad Social muestran un superávit de 8.319 millones (0,76% del PIB), un 36% inferior al de 2007, si bien esta reducción se debe al fuerte aumento del déficit de las prestaciones por desempleo, ya que el Sistema de Seguridad Social y Mutuas (pensiones y bajas de enfermedad) mantiene prácticamente el mismo superávit que en 2007 (13.615 millones).

La mitad de la variación del saldo presupuestario se debe a causas estructurales
El déficit va a seguir galopando en 2009 hasta alcanzar casi el 8% del PIB y el 10% en 2010

Tenemos pocos datos aún de otros países, pero puede decirse con seguridad que el vuelco que han dado las cuentas públicas españolas entre 2007 y 2008 no tiene parangón a escala internacional y en nuestra propia historia económica [gráfico superior derecho]. El saldo presupuestario de las AA PP ha variado 6 puntos porcentuales del PIB en un año. Es decir, las administraciones públicas españolas han sido las que más han actuado hasta ahora en sentido contracíclico, aunque la historia también se puede contar al revés: esas administraciones son las que más se han visto afectadas por el deterioro cíclico de la economía. Según los datos del Ministerio de Economía y Hacienda, las medidas de política fiscal activa, o discrecional, han mermado la recaudación de 2008 en casi 20.000 millones, un 1,8% del PIB, a los que habría que añadir algunas décimas de PIB más por parte del resto de AA PP. Pero quedarían unos 4 puntos porcentuales del PIB que no se explican por medidas discrecionales puntuales. De ellos, 1,4 puntos son un aumento del gasto público por encima del crecimiento tendencial del PIB (aumento estructural) y cerca de otro punto puede atribuirse al deterioro del componente cíclico del déficit. Aún quedan 1,6 puntos sin explicar, que pueden atribuirse a un aumento de la evasión fiscal, inducida también por el deterioro económico de las empresas. Así, casi la mitad de la variación del saldo presupuestario se puede atribuir a causas discrecionales o estructurales, y la otra mitad, al efecto del ciclo.

La generación del déficit en 2008 ha sido el resultado de una caída histórica de los ingresos del 6,9% respecto a 2007 y de un aumento de los gastos del 8,7%, el doble de lo que ha aumentado el PIB nominal. En 2009, la tendencia a la baja de los ingresos y el fuerte aumento del gasto (prestaciones por desempleo, nóminas de los funcionarios, Plan de Estímulo) van a mantenerse, por lo que el déficit va a seguir galopando hasta alcanzar casi un 8% del PIB. En 2010 podría irse al 10% del PIB. No hay que asustarse, la deuda pública española es baja [gráfico inferior izquierdo]. Pero este déficit es preocupante por varios motivos. Se está comiendo el aumento del ahorro del sector privado, con lo que la economía española sigue sin resolver uno de sus principales problemas, la falta de ahorro; va a aumentar la prima de riesgo-país (tipos de interés más altos para los españoles); apenas está contribuyendo a cambiar el modelo de crecimiento y a aumentar el potencial de la economía española; en su totalidad es de carácter estructural y, por tanto, no sostenible a largo plazo, lo que conllevará necesariamente aumentos de impuestos y/o reducciones de gasto en los próximos años. Conclusión: no empeoremos la situación con más paquetes fiscales u otras medidas, sobre todo si suponen recortes de ingresos o aumentos del gasto de naturaleza permanente.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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