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Elecciones 1-M | País Vasco

"Si PSE y PP suman 38, se acabó"

El PNV intenta movilizar a los indecisos recuperando el discurso del autogobierno y avisando de que López formará Gobierno con los populares

La dirección del PNV lo tiene muy claro: "Si PSE-EE y PP suman 38 votos el domingo, formarán gobierno aunque en Madrid en el PSOE algunos no lo tengan tan claro". Un mensaje similar transmitieron anoche Iñigo Urkullu y Juan José Ibarretxe en su multitudinario mitin de despedida de campaña celebrado en el mismo escenario de Bilbao donde 24 horas antes, Zapatero alentó un ambiente de euforia sobre "la posibilidad real" de que Patxi López sea lehendakari. "Hemos llenado con gente nuestra porque no necesitamos traer a gente de fuera como los socialistas", atizó un dirigente peneuvista al valorar la temperatura de su partido ante la decisiva jornada de mañana que se presenta más impredecible que nunca.

En vísperas de acudir a las urnas, curiosamente, todo el interés radica en predecir el color del futuro Gobierno vasco. Ahora mismo, el silencio ha eclipsado las opciones del tripartito, a pesar del alza generalizado que se le atribuye a Aralar. Pero nadie descarta que Ibarretxe y López puedan estar en condiciones de liderar sus respectivos gobiernos en minoría. El PNV entiende que su opción de gobierno "se acaba" en el momento en que "PSE y PP tengan 38 diputados", aunque, para no infundir mensajes derrotistas, admiten que "todo puede quedar abierto a partir del lunes (2-M)".

Por eso, para armar su cuerpo electoral más desmovilizado de lo que se necesita para una victoria suficiente, Ibarretxe, aclamado una vez más por la base del partido, volvió a tocar anoche la fibra que más vibra en el corazón de los suyos. Con sus apelaciones al autogobierno, "a decidir aquí" y al peligro de que "Madrid nos diga lo que tenemos que hacer", el lehendakari recuperó la pura ortodoxia de su discurso nacionalista, como ya ha venido haciendo en los últimos días, sobre todo a medida que se apreciaba una reacción socialista.

El resto de partidos políticos discrepan sobre el cruce de pactos. Ni siquiera en el tripartito se ponen de acuerdo, como ya ocurrió en el debate de ETB-2. Mientras Ezker Batua (EB) espeta a López que "se comprometa a no aceptar los votos del PP", Unai Ziarreta (EA) le pide a su anterior socio "que no se comprometa a pactar ni gobernar con el PSE".

En cambio, todos ellos coincidieron ayer en despachar en dos minutos el último comunicado de ETA con una petición expresa del voto nulo, que ha pasado inadvertido, y en enfatizar al final de la campaña su doctrina fundacional en un claro intento por consolidar a su electorado fiel. Sólo por razones de estrategia electoral, Aralar y PP le prestaron cierta atención. Los abertzales para animar al voto a quienes se atrevan de una vez a liberarse del axioma independencia-violencia; en el centro-derecha, porque los votantes no entenderían el silencio de sus líderes.

Patxi López lo hizo a su modo cuatro días después de la bomba en Lazkao. Detuvo en Mondragón el autobús que le transportaba desde su Portugalete natal hasta Ajuria-Enea y dedicó un recuerdo a las víctimas del terrorismo en la figura de la hija de Isaías Carrasco, el ex edil socialista asesinado por ETA hace casi un año. Pero no se quedó ahí: el PSE sabe que ha mordido presa ante el electorado proyectando la "sensación del cambio que viene" y en esa línea su candidato se comprometió a "hablar con todos a partir del 1-M" para exprimir así su teoría del "diálogo aunando voluntades".

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El PP sabe que será un interlocutor válido, pero prefiere estratégicamente vincular a los socialistas con el PNV y así salirse de la escena en la que le sitúa la inmensa mayoría. Le resulta más provechoso, como hizo ayer el propio Rajoy antes de irse hacia Galicia, acentuar su discurso tradicional contra "los excesos del euskera en la escuela y en la sanidad", "en contra del terrorismo" y "en defensa de Álava" para cortar las fugas hacia el partido de Rosa Díez, su amenaza real porque puede recoger a los descontentos con la moderación de Antonio Basagoiti, fieles devotos de la recomendación diaria de Jiménez Losantos.

Patxi López (izquierda), junto al coordinador de campaña del PSE, Rodolfo Ares, saluda a un simpatizante en el interior de un autobús.
Patxi López (izquierda), junto al coordinador de campaña del PSE, Rodolfo Ares, saluda a un simpatizante en el interior de un autobús.EFE

Una campaña sobre quién es más vasco

- "El único punto del programa del PSE es desalojar al nacionalismo del Gobierno vasco". Juan José Ibarretxe (PNV)

- "Hemos vivido 10 años en los que se ha pretendido imponer y dividir, marginar y olvidar lo esencial, que todos somos igualmente vascos". Patxi López (PSE-EE)

- "Es como si me dijera usted: '¿Qué haría si viera un cerdo volando?". Josu Erkoreka (PNV), preguntado por su posición frente a la posibilidad de que Patxi López sea 'lehendakari'.

- "Patxi, no cedas a la tentación de no ser candidato a 'lehendakari". Felipe González (PSOE)

- "El cambio que defiende el candidato socialista se limita a un cambio propio: que él se convierta al nacionalismo". Antonio Basagoiti (PP)

- "Hoy, Pablo Iglesias no votaría al PSE, sino a Ezker Batua". Javier Madrazo (EB)

- "No hay que esperar a lo que diga ETA para construir una alternativa de izquierda 'abertzale". Aintzane Ezenarro (Aralar)

- "El soberanismo es el único camino para garantizar el bienestar de la sociedad vasca". Unai Ziarreta (EA)

- "Sólo el constitucionalismo puede traer más democracia al País Vasco". Rosa Díez (UPyD)

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