Una vida de teatro

Juan Ortega (Elche de la Sierra, Albacete, 1943) se trasladó con 17 años a Murcia, donde compaginó los estudios de Enfermería en la universidad con el trabajo de profesor en un colegio de enseñanza media. En aquella ciudad arrancó su amor por el teatro. Conoció a los integrantes de la compañía de estudiantes Latino, que le ofrecieron representar un papel en El enfermo imaginario, de Molière, pero no llegó a interpretarlo. "Me di cuenta de que me gustaba más dirigir. Me atrevía a dar instrucciones a los demás y a darles mi opinión. El director decidió darle el papel a otro y me dijo que le ayudara en la dirección", recuerda ahora.

El caso es que, a partir de ese momento, ciudad a la que se trasladó, ciudad en la que se vinculó a grupos teatrales escolares o universitarios como monitor u organizador. Y así llegó en 1968 a la Universidad Laboral de Eibar, ahora llamada Complejo Educativo de Eibar. Tras un año como profesor, se incorporó a los servicios médicos, actividad que siempre ha combinado con las artes escénicas a la cabeza de las Jornadas de Teatro que creó en el centro y que hoy abren su 32ª edición.

"Se han ido dejando poco a poco las producciones de más riesgo"

La cita ha logrado sembrar "la costumbre teatral" en la localidad

Recién jubilado de su actividad profesional, rebobina para bucear en los orígenes del festival. Ortega impulsó el nacimiento del grupo Narruzko Zezen, del que salieron actores como Imanol Arias o Iñaki Miramón. Durante los primeros años, organizaron unas jornadas sin pretensión de que se convirtieran en festival, "con dos o tres funciones en otoño y otras tantas en primavera". En 1978, la cita ya tomó la forma de muestra que hoy mantiene y que ha sembrado "la costumbre teatral" en Eibar y en sus alrededores.

En estos años, Ortega ha visto pasar ante sus ojos mucho, mucho teatro. Por eso, sabe de que habla cuando sostiene que con la llegada de la democracia hubo "un cambio muy revolucionario". "Desgraciadamente, aquella fiebre pasó" y la creación teatral "no ha sido proporcional a las posibilidades de libertad que se abrieron".

El director de las Jornadas de Eibar piensa que "se ha ido dejando poco a poco el teatro de más riesgo, de más enjundia" para apostar sobre todo por "producciones comerciales, más festivas; por comedias de mayor o menor calidad".

"Siempre he tenido un gran interés por el teatro de firma", insiste Ortega, pero en el festival eibarrés no faltan varias obras comerciales. "Hoy por hoy aún son imprescindibles para atraer la atención del público y completar la financiación", admite. Confía, sin embargo, en que, a medida que se consolide la programación ordinaria del Teatro Coliseo, remozado hace tres años, el teatro de vanguardia crezca en las jornadas. Esta edición bajará el telón el 4 de abril tras el paso de una veintena de propuestas.