Esperando al metro
Los vecinos de Santurtzi viven más pendientes de la inminente llegada del suburbano que de las elecciones - La vivienda, el otro gran problema
Más que la llegada de las elecciones, en Santurtzi esperan la del metro. Es un deseo que se comprende rápidamente al acceder al municipio: el atasco es lo habitual para llegar hasta el Ayuntamiento y la zona del puerto. Los dos años de obras de construcción del suburbano han agigantado el caos en el tráfico, que es junto a la escasez de vivienda el principal problemas del municipio.
"El metro va a aliviar mucho todo esto", dice un vecino que pasea al mediodía por la concurrida plaza principal. Como en otros municipios, la campaña electoral apenas se nota en Santurtzi: sólo los carteles de los diferentes grupos alertan de los comicios del 1 de marzo. "Cada vez nos acercamos más a los nuevos estilos de comunicación, americanizados. Todos los partidos lo tienen reglado y cubren la mañana y la tarde", asegura el alcalde Ricardo Ituarte (PNV).
Santurtzi
Habitantes 47.000
Alcalde Ricardo Ituarte (PNV)
Corporación PNV (11), PSE (7), PP (2) y EB (1)
La empresa más importante es el Ayuntamiento, con cerca de 300 empleados
El PSE critica al equipo de gobierno peneuvista por el poco apoyo al comercio
Con el primer edil de Santurtzi, también sale el proyecto del metro. "Cuando se abra, que está previsto para junio, va a marcar el inicio de la verdadera transformación de Santurtzi".
El municipio es, a diferencia de los colindantes de la Margen Izquierda, una ciudad-dormitorio. Apenas hay industria, pese a acoger toda la actividad del Puerto de Bilbao. La empresa más importante es el Ayuntamiento, con cerca de 300 empleados. "El Puerto ha supuesto que perdamos cuatro o cinco kilómetros de costa", asegura Ituarte, que quiere recuperar el frente del mar "y reconciliarnos con nuestro pasado".
Con 47.000 habitantes en la actualidad, sufrió la pérdida de población por la crisis industrial de los 80. Estuvo 25 años seguidos en caída hasta que la curva cambió al alza en 2004. "En 2008 hemos bajado cerca de 200, pero fuimos el pueblo que menos población perdió en la comarca desde los 80", indica el alcalde.
Sin industria, el comercio ha sido uno de los motores de la actividad, beneficiado porque ser el único de los grandes municipios de la Margen Izquierda que no acoge ninguna gran superficie comercial. "Pero no se está trabajando bien con el sector", dice Miriam Frade, portavoz del PSE en el Ayuntamiento. "Ni tampoco con la hostelería, con más de 700 establecimientos y un millar de familias que viven de ello. No sólo no se les apoya, sino que se aplican políticas de cierres cuando no existen grandes conflictos".
Si no hay espacio para tanto tráfico, tampoco hay viviendas a precio asequible. El pueblo sufre las consecuencias de la expansión urbanística acelerada de los 70, en la que Santurtzi fue la localidad más tardía de la Margen Izquierda en desarrollarse. Las construcciones se han limitado a la vivienda libre.
El gobierno local -con mayoría absoluta del PNV- acaba de aprobar un plan hasta 2016 para construir 2.000 viviendas protegidas, tanto de VPO como de precio tasado. Los socialistas critican que se contempla la recalificación de una zona rural y que se fundamente en el Plan General de Ordenación Urbana que aprobó el PSE "y que el PNV decía que era tan malo", señala Miriam Frade.
Gobierno y oposición están de acuerdo en el desarrollo de la industria, el sector que tiene un efecto multiplicado del empleo, recuerda el alcalde. "Hay que fomentar políticas que desarrollen dos polígonos industriales", señala la portavoz socialista.
Mientras, los vecinos siguen esperando al metro, que ha causado un gran cambio en los municipios de la comarca que ya disfrutan de él. "Sólo por evitarme estos atascos diarios, pagaría lo que fuera", dice un joven al volante en pleno atasco.
La pugna PNV-PSE
Después de 24 años, el PNV recuperó en 2007 la alcaldía de Santurtzi, y encima lo hizo con mayoría absoluta, al aventajar en 2.800 votos a los socialistas, que habían tenido el gobierno en las seis legislaturas anteriores. El cambio no ha atemperado la pugna entre ambos partidos, aunque no se ha llegado a las fuertes tensiones que hubo entre el alcalde socialista Javier Cruz y los peneuvistas. "Creo que la relación se ha normalizado", dice Ricardo Ituarte. La socialista Miriam Frade censura el "rodillo" del gobierno municipal. "Mi obligación en entenderme con el equipo de gobierno, pero no aprueba ninguna de mis propuestas. Aunque tengo claro que siempre que haya oportunidad de diálogo, lo vamos a intentar".
Como ha ocurrido en estas décadas en la Margen Izquierda, pese a estar tocándose, la coordinación con los otros municipios sigue sin producirse. "El contacto es muy ágil", sostiene Ituarte. "La colaboración es inexistente", replica Frade.
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