Francia aporta 2.500 millones para crear el segundo banco del país

Dos grandes instituciones bancarias francesas que se encuentran en apuros, Caisse d'Epargne y Banque Populaire se fusionarán para crear el segundo grupo bancario francés. El Gobierno de Sarkozy no permanece al margen de la operación. Al contrario: la ministra de Economía, Christine Lagarde, confirmó ayer tanto el hecho de la fusión como la cuantía de la inyección estatal. El Estado, adelantó Lagarde, invertirá entre 2.500 y 5.000 millones de euros en el nuevo grupo fusionado, en forma de créditos subordinados (el Estado se pone el último de los acreedores a la hora de cobrar). Con esta inyección millonaria, el Estado francés tendrá en torno al 15% o 20% del accionariado del nuevo banco. La ministra francesa de Economía precisó que el Estado participará en la toma de decisiones del nuevo grupo "en relación a la cantidad aportada".

Pérol, persona de confianza de Sarkozy, se perfila como primer ejecutivo

La fusión de estas dos instituciones financieras era algo que se llevaba gestando años, si bien en los últimos meses, debido a la crisis financiera, las negociaciones se han intensificado. Caisse d'Epargne y Banque Populaire ya comparten, cada uno con un 34,5% de las acciones, Natixis, un banco de inversión que desde la crisis de las estadounidenses hipotecas subprime se ha convertido en un verdadero pozo sin fondo de pérdidas y en un quebradero de cabeza para las dos instituciones bancarias. En 2008, Natixis perdió más de 2.500 millones de euros. Y sus acciones, que llegaron a valer 19 euros, se podían comprar el viernes por uno.

Por eso, el Gobierno urgió a los dos bancos a fusionarse. A pesar de eso, las divergencias, sobre todo a la hora de colocar los peones de cada uno en el organigrama del poder, dificultaba el proceso. El sábado por la mañana, en una reunión en el palacio del Elíseo, en presencia de Sarkozy, el acuerdo pareció remacharse.

La prensa francesa ya ha puesto fecha para el anuncio oficial de la fusión, el jueves, y ha dado el nombre de la persona que dirigirá el nuevo banco, con 30 millones de clientes y más de 100.000 empleados, el segundo de Francia, por detrás del BNP Paribas: François Perol, un hombre de confianza de Sarkozy, que en los últimos años ha ocupado el cargo de secretario general adjunto en materia económica, siempre en el palacio del Elíseo. Durante esta etapa, Pérol, de 45 años, que procede de la banca Rothschild, se ha ocupado de asesorar al presidente en cuestiones tales como la postura francesa en las cumbres del G-20, los planes de salvamento de los bancos franceses o el apoyo a la maltrecha y decisiva industria del automóvil.

Tanto el Partido Socialista francés (PS) como el MoDem (centro) han criticado que sea Pérol, tan cercano a Sarkozy, el que dirija esta nueva institución tan poderosa.