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Del Movimiento al Síndic

José Cholbi (Xàbia, 1938) ha sido senador, diputado nacional y diputado autonómico por Alianza Popular y el Partido Popular desde que se celebran elecciones en España. Pero su carrera política arranca en tiempos del Movimiento. Durante el régimen franquista Cholbi ocupó plaza como funcionario de la Administración General del Estado. Y asumió varios cargos de designación política. Ejerció como inspector extraordinario del Ministerio de Educación, fue subdirector general de Formación Profesional y fue Jefe de División de Inspección de Televisión Española.

Tras la muerte del dictador fue uno de los fundadores de Alianza Popular y llegó a ser vicesecretario nacional cuando el partido se refundó en Partido Popular.

Tiene una capacidad innata para aparecer en las fotos. Sabe acercarse al foco de atención mediática en todo tipo de foros y hacer una gracia que alivie cualquier tensión del protocolo.

Cholbi será el cuarto Síndic de Greuges designado por las Cortes desde la creación de la institución en 1988.

El Defensor del Pueblo de ámbito autonómico requiere la máxima independencia para plantarle cara al Consell de turno y la trayectoria de Cholbi no dibuja precisamente un perfil independiente. Siempre se ha prestado a cooperar en maniobras internas del partido con los máximos responsables de turno. Pero los ha sobrevivido a todos. Nunca se ha visto salpicado por luchas intestinas.

Los socialistas aceptaron su nombre como Síndic de Greuges como un mal menor. A su edad, Cholbi puede permitirse una libertad de criterio que no parece al alcance de muchos de sus compañeros de partido.

Bernardo del Rosal, nombrado Síndic de Greuges a propuesta del PP, dejó el cargo en cuanto expiró su primer mandato porque Francisco Camps, presidente de la Generalitat, le hizo notar la más absoluta frialdad hacia su gestión. A la vista de los precedentes, la propuesta de Cholbi despertó cierta simpatía entre los socialistas, que se temían una apuesta aún más radical.

Cholbi asegura haber defendido siempre "un humanismo social". Se siente más cómodo en la Cofradía de Pescadores que en el Club Náutico de Xàbia y ha conocido de primera mano situaciones familiares dramáticas. No es un jurista. Está por ver si es capaz de desprenderse de su alineamiento político para proteger a los ciudadanos de los abusos de la Administración autonómica.

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