La pesca emprende nuevos rumbos

El sector pesquero da carpetazo a la legislatura más convulsa de su historia. Carmen Gallego, titular de la Consellería de Pesca, ha desayunado un día sí y otro también con las protestas de ecologistas, armadores, productores, conserveros y empresarios en la primera plana de los periódicos. Y ello a pesar de que se presentó en el Parlamento con el diálogo por bandera.

El sector empieza a asumir la responsabilidad de proteger el medio y las vidas de su propia gente. El terrible balance de 2008, con 15 víctimas mortales en los dos primeros meses del año, abrió un debate necesario sobre salvamento y seguridad y, constatadas las carencias, los servicios de rescate se reforzarán con un tercer helicóptero con base en Cee y el incremento de las tripulaciones, que en el caso del Pesca 1, de Vigo, estarán operativas las 24 horas. En la lucha contra la contaminación, se ha pasado de 187,3 metros cúbicos de almacenamiento de residuos en la era Fraga a 4.850. Lo que va en dirección contraria, es decir, a menos, es el presupuesto: en 2005, con el PP, se destinaban a Pesca 215 millones y en 2009 sólo recibirá 206.

Crece, en cambio, el número de piscifactorías. El polémico plan de acuicultura, con un millar de alegaciones, permitirá abrir 13 nuevas granjas y contar con 24. Por el camino quedaron proyectos como la planta de Pescanova en Touriñán. También avanza, al fin, la Cidade do Mar, en Vigo, donde confluirán ciencia y empresas en un mismo objetivo de desarrollo.

La nueva Lei de Pesca como proyecto insignia del mandato (deroga y unifica las cinco normas anteriores) incide en aspectos como la seguridad, la protección de los recursos, el reconocimiento de todas las organizaciones profesionales -no sólo de los pósitos- o el papel de la mujer, que pasará a tener más peso en los órganos directivos de las cofradías, un asunto que ha levantado ampollas, igual que la concesión de bateas mediante concurso público.

La implantación de un seguro del mal tiempo -constan 216 entidades suscritas- y el impulso a las primeras reservas marinas de Galicia (a Lira y a Cedeira les siguen otras tres) dan protagonismo a los marineros, que rompen la barrera histórica de la comercialización al arrancar los primeros puntos de venta al público gestionados por las cofradías. Así ha sucedido, para disgusto de las placeras, en A Pobra, O Grove y Combarro.

A su vez, hace su aparición el turismo marinero, se apuesta por la trazabilidad con la DOP Mexillón de Galicia y la marca PescadeRías, el plan de repoblación ha introducido 33.000 ejemplares de rodaballo y 11.000 de bogavante en unas rías castigadas por los vertidos y empieza a dar frutos el plan de recuperación ambiental.

La ampliación del seguro de accidentes a los inmigrantes y la ayuda (estimada en dos millones para 2009) que brinda la consellería a los mariscadores para optar a una pensión de jubilación son otras cotas sociales alcanzadas. Lo que aún no se ha logrado, pese a que Gallego lo mencionó ya en su primer discurso como conselleira, es que arranquen los convenios colectivos: el 90% de los marineros, según el BNG, carece de ellos.