Energías verdes más baratas y eficaces

Juan Manuel Carrasco y Eduardo Galván ejercían y ejercen como profesores del departamento de Ingeniería Electrónica de la Escuela de Ingenieros de Sevilla. Allí realizaban investigaciones para un pequeño ramillete de grandes empresas relacionadas con la energía: Gamesa, Endesa, y Abengoa, entre otras. Y allí, en el seno de la Universidad, les brotó la idea de salir al mercado a competir con una empresa que les abriera nuevos horizontes. Tenían 39 y 36 años.

"En 2002 no era un momento muy propicio para nuestra aventura. El tema de las spin-off no estaba tan maduro como ahora y era difícil la financiación. La Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) de la Universidad de Sevilla nos empujó a crear la empresa y, tras cinco meses en la misma Universidad, decidimos montar una pequeña sociedad en una oficina de 80 metros cuadrados", explica Juan Manuel Carrasco.

Green Power Tech nacía con tres socios (Carrasco y Galván, sólo como accionistas) y Javier Landero, un joven investigador que a sus 29 años se convirtió en el tercer socio y único trabajador en una sociedad limitada con 3.000 euros de capital. "Hacíamos de todo y subcontratábamos lo que no sabíamos hacer", explica Carrasco, quien asegura que, aunque el punto de partida eran esos buenos clientes de la Universidad, "también suponía una debilidad, buenos pero pocos", apostilla.

Green Power arrancó como empresa de servicios tecnológicos y en su primer año de vida facturó 150.000 euros, fundamentalmente dando servicios a proyectos de puesta en marcha de parques eólicos. Pronto estos emprendedores sintieron la necesidad de fabricar sus propios productos de base tecnológica y, tras detectar la oportunidad en el mercado, se lanzaron sin haber analizado previamente un verdadero plan de negocio. El filtro activo de potencia de 50 kW fue su primer producto, fabricado por su aliado entonces Supsonik.

De ahí en adelante, la carrera de Green Power ha sido tan rápida como la energía a la que aportan soluciones en el campo de la conversión de potencia, inversores fotovoltaicos y, además de otras aplicaciones, desde 2007 en el desarrollo de tecnología para los huecos de tensión. Su primer gran contrato en 2005 para Gamesa alcanzó 1,3 millones.

Entre sus proyectos más notables destaca su participación en la integración de un aerogenerador capaz de suministrar la energía necesaria a la isla de Bach Lang Vi, en Vietnam, y un segundo proyecto que ahora realizan en la isla de San Cristóbal, en Galápagos, en colaboración con MADE, para instalar dos aerogeneradores de 800 kW. La adaptación de una pila de combustible para submarinos de la Armada o el sistema Tubici, de alquiler de bicicletas, son otros de sus proyectos más relevantes.

El salto definitivo lo dieron en 2007 con el quinto plan de negocios y la entrada en el accionariado de Invercaría, una sociedad de capital riesgo pública que aportó un millón de euros. La cifra de negocio se elevó en un 300%. Grenn Power posee hoy más de 90 trabajadores (54% licenciados) y facturó en 2008 26,87 millones de euros, otro salto del 500% de facturación. Para 2009, si la crisis lo permite, su objetivo es alcanzar los 90 millones de euros.