Cercanías tendrá 25 nuevos kilómetros y 80 más de vía doble

Entró, entró, que decía el periodista Juan José Castillo. Él se refería a las pelotas de tenis que votaban en la zona válida. En este caso, lo que entró en el Consejo de Ministros de ayer fue el plan de Cercanías de Barcelona. Entró y salió aprobado. Incluye la construcción de 25 kilómetros nuevos de vías, diversas estaciones y puntos de intercambio, y el desdoblamiento de 80 kilómetros de vías. La más importante, la línea de Vic, por las dificultades que comporta la orografía entre La Garriga y la capital de Osona, pero también se prevé el desdoblamiento de la línea del Maresme hasta Blanes.

El plan incluye actuaciones hasta el año 2015, con unas inversiones de 4.000 millones de euros. El proyecto presentado inicialmente por la Generalitat hablaba de 6.000 millones, pero en el horizonte de 2020, de ahí que el secretario de Movilidad, Manuel Nadal, pudiera expresar su "satisfacción" por el "regalo de Fomento en el cumpleaños del AVE". También el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y los partidos que apoyan al Gobierno tripartito saludaron con efusión en grado variable la aprobación del plan. El PP y CiU, en cambio, prefirieron señalar lo que falta y lo tarde que, en su opinión, llega.

Entre lo que se ha caído, el soterramiento de las vías a su paso por Sitges. Otro de los grandes proyectos, la línea orbital, relativamente paralela a la futura B-40 (Vilanova, Vilafranca, Vallès, Mataró), se incluye, pero sólo para redactar los estudios previos a su construcción, lo que significa que se pospone hasta después de 2015.

El plan tampoco incluye, a diferencia del elaborado por la Generalitat, el material móvil. No obstante, Nadal cree que esto es un buen asunto, pues el dinero se puede concentrar en la construcción de infraestructuras.

Entre las obras importantes que sí figuran en el periodo destaca la línea Castelldefels-Cornellà. CiU bautizó este trazado como "línea 12" y deseaba que no finalizara en Cornellá, sino que siguiera hasta Sarrià para enlazar con la línea de Ferrocarrils de la Generalitat. Este proyecto no gustaba a nadie y, finalmente, se ha quedado en lo ahora aprobado.

La aprobación del plan de Cercanías es el primer paso para culminar la transferencia del servicio a la Generalitat. Lo que ahora falta es el acuerdo sobre la gestión del servicio y, especialmente, sobre la financiación de esta gestión. No obstante, el Gobierno catalán sostuvo que se está en la buena dirección porque, además de los nuevos kilómetros, se modernizan las líneas ya existentes.