La limpieza de la catedral de Ourense revivirá los colores que lucía el pórtico en el siglo XIII
El polvo, la humedad y la carcoma se adueñan de la catedral de Ourense. La destructora trilogía ha campado a sus anchas a lo largo de los últimos años y va minando uno de los patrimonios culturales más importantes de Galicia. La Consellería de Innovación e Industria, a través de la Sociedade Anónima de Xestión do Plan Xacobeo, anunció ayer que luchará contra las termitas y el abandono con una inyección de 340.000 euros. Se trata de que la catedral luzca vistosa en 2010, Año Santo Compostelano, para el que se espera la llegada de 10 millones de turistas a Galicia.
El compromiso, expresado por el gerente del Plan Xacobeo, Ignacio Eguíbar, supone limpiar el polvo de siglos acumulado en el Pórtico del Paraíso. La actuación incluirá la limpieza de todas las figuras "para consolidar los colores del siglo XIII".
El Pórtico del Paraíso de la catedral, con el que según el delegado diocesano de Patrimonio, Miguel Ángel González, Ourense "quiso emular a Santiago en el siglo XIII", no ha perdido aún la pintura que ya desapareció del Pórtico de la Gloria compostelano. "Pero está tan sucia que ni se aprecia", sostiene el experto.
El proyecto de restauración incluye además la limpieza de los frescos del siglo XVII, de San Cristóbal y San Ildefonso, de los retablos laterales que "nunca se tocaron" y se eliminarán las humedades de la capilla gótica de San Juan, "una de las escasas muestras del gótico de Galicia, con su retablo barroco atacado por los xilófagos", señala Miguel Ángel González.
La Iglesia acoge con entusiasmo las obras financiadas por la Xunta aunque las considera insuficientes: "Son un primer paso". El delegado diocesano destacó ayer que sólo reponer todas las bombillas fundidas de la catedral supuso un gasto de 3.000 euros.
En la larga lista de demandas de mejora redactada por el delegado diocesano se incluyen arreglos en la sacristía, del siglo XVI; la remodelación del museo "que alberga piezas medievales de gran valor junto a retablos del XVI al XVIII y es uno de los más significativos de Galicia"; la reposición de los adoquines del suelo (que son los originales dados la vuelta en el siglo XIX) y la intervención en toda la piedra, "que se deshace, convertida en arena".
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