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Entrevista:ASUNTA RODRÍGUEZ | Directora de la galería de arte Trinta

"Es evidente que ser moderno no es parecerlo"

Mientras museos, instituciones, coleccionistas y hordas de compradores, en general, asaltan en plena crisis el Arco de "la internacionalización y la calidad", en palabras de su directora, Lourdes Fernández, en la paralela Art Madrid se concentran 74 galerías, 61 de ámbito estatal. Entre ellas, cuatro gallegas: More Art, Metro, Marimón y Trinta. Para Rodríguez, presidenta de los galeristas de Galicia y responsable de la compostelana Trinta desde 1991, no se trata "simplemente" de elegir entre dos ferias de arte contemporáneo. La representación de la periferia, la situación del mercado del arte y la propia apoplejía del Arco actual como fábrica de sentido, casi nunca han sido retratadas en público por los galeristas privados. Rodríguez lo hizo el año pasado en el artículo El rey está desnudo, publicado en la revista Exit. Completado el viacrucis, lo tuvo claro. La directora de Trinta habla como tal: "Antes íbamos a Arco porque éramos los mejores. Ahora somos los mejores porque vamos a Arco".

"Me autoexcluí de Arco porque se le estaba haciendo un flaco favor al arte"

Pregunta. ¿Por qué está en Art Madrid y no en Arco?

Respuesta. Al margen de mi enfado con Arco por su política de selección de galerías y, en general, por aquello en lo que ha devenido la feria, tomé una decisión. Apoyar a una feria que comenzaba [lo hizo en 2006] y que cuando veía mi currículum, el dossier de artistas y el proyecto, lo aceptaba por su idoneidad. Decidí salir de una competición en la que creí que conocía las reglas, y lo hice para integrar realidad y deseo. No soy redentora de nada, pero me autoexcluí de Arco porque consideré que se le estaba haciendo un flaco servicio a las galerías españolas y al arte español. Intenté convencer a muchas galerías, pero la gente ni necesita ni quiere consejos, así que pensé en mi empresa y en mis artistas. Me acusaron de imprudente por no pensar en ellos, pero es justo al contrario. No voy a cambiar la política de exposiciones ni la filosofía de la galería. Trinta mantiene al 80% de los artistas con los que trabaja... Los que se preocupan exclusivamente por ir a Arco no son artistas, sino gestores políticos de su propia carrera.

P. No se caracteriza el gremio por la solidaridad...

R. Lo más grave de la gestión de Lourdes Fernández es haber enfrentado a un gremio dividido. Hablamos de muy pocos coleccionistas, artistas en precario y plataformas en desarrollo. Si hablamos de galeristas, en apariencia una gran familia, con sus patriarcas, nunca habíamos estado demasiado unidos, pero nunca se había enseñado el colmillo como ahora. Un texto titulado Aguaprieta de caimanes, como dice Enrique Morente, igual vendría bien.

P. Se destaca la internacionalización cuando el porcentaje de galerías españolas, tras las repescas, es prácticamente el de siempre.

R. Y de calidad, como si antes no la hubiera habido... En 2008 muy pocas galerías nos posicionamos al respecto, aparte de Manolo Cuevas (Estampa). Yo también creí al principio que la supervivencia pasaba por no ser excluida de Arco. Y en 2008, reducidos al fracaso del programa Arco 40 -80 metros menos que en el programa general en una sección con tres artistas de obra reciente por galería-, vendimos 1.500 euros. El problema es que antes íbamos a Arco porque éramos los mejores, y ahora somos los mejores porque vamos a Arco. Es evidente que ser moderno no es parecerlo. No me importa que Trinta, en Arco desde 1986 y mejor galería española en 1995, no esté ahora allí. Se trata de recuperar el espíritu. Me importa que le hayan dado el Premio Nacional a Esther Ferrer, y recordar cuándo la conocí.

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