Rajoy se va de gira por los pueblos
El líder recorre los núcleos rurales sin Feijóo, que se aleja de la 'marca PP' - Los escándalos entran en campaña, pero al PSOE le inquietan los sondeos
No fue Thomas Alva Edison, sino Mariano Rajoy quien inventó la bombilla. O eso es al menos lo que debieron de pensar los 500 paisanos de Amoeiro (Ourense, 2.200 habitantes), la mayoría jubilados, que siguieron al líder del PP en un inusual mitin rural. "Yo inauguré la luz eléctrica", presumió Rajoy al recordar su única experiencia política con el mundo rural, cuando, a los 31 años, presidió la Diputación de Pontevedra. Eran los 80, y Rajoy llevaba la luz eléctrica y el teléfono a las aldeas del interior.
Rajoy siempre se define como un hombre de provincias. Pero no de pueblo. Él es de capital de provincia. Creció en Pontevedra, vivió en León -donde estudió en el mismo colegio que Zapatero- y pasó muchos años en Santiago antes de dar el salto a Madrid. En la batalla entre boinas (rurales) y birretes (de ciudad) que ha vivido siempre el PP gallego, Rajoy era el jefe de los birretes. Sin embargo, su partido decidió mandarlo de pueblos. El líder del PP va a estar muchos días en Galicia en esta campaña, casi una decena. Y casi siempre en pequeños pueblos, como ayer, en Ourense, donde, imitando a los políticos de la novela de Miguel Delibes El disputado voto del señor Cayo (1978), buscó convencer a los 2.200 paisanos de Amoeiro y 2.800 de Bande.
Los socialistas ven a su electorado desmovilizado y necesitan animarlo
Los motivos son varios. El principal, cubrir el flanco rural, allí donde está la base del voto del PP, y por tanto donde más tiene que perder. Además, no coincidir con Alberto Núñez Feijóo, el candidato. Él ha diseñado una campaña personalista, alejado de la marca PP, en horas bajas. De hecho, en los carteles hay que fijarse mucho para ver que al lado de Feijóo hay un "PP" muy pequeñito.
A pesar de que no es su ambiente natural, Rajoy tiene trabajado el discurso rural. Aunque ayer se le fue la mano. Con el presidente de la Diputación y máximo representante del conseguidor, José Luis Baltar, al lado, se atrevió a decir: "Nosotros ofrecemos cosas normales, como puestos de trabajo". Rajoy sabía a qué se refería, a medidas para reducir el paro, pero ¿y los paisanos? Baltar, como publicaba Cristina Huete, la corresponsal de EL PAÍS en Ourense, ha colocado en dos años a 22 personas como porteros de un edificio público de la capital de provincia, el Simeón, que tiene tres puertas. Y ya tenía otros 11 porteros en nómina. En un ambiente en el que Manuel Fraga lo es todo, Rajoy también aprovechó para reivindicar su legado, algo que no se escuchaba en el PP gallego hace tiempo.
Aunque no dijo ni palabra del dimitido cabeza de lista por Ourense, el evasor fiscal Luis Carrera, Rajoy no pudo evitar que los escándalos entraran en campaña. No sólo en los mítines del PSOE. Rajoy volvió a cargar contra Garzón a preguntas de los periodistas, y Feijóo también tuvo que entrar.
Sin embargo, y a pesar del supuesto deterioro de imagen que esto supone para el PP, los socialistas recelan de los resultados de las encuestas. Ven a su electorado muy desmovilizado. "No os quedéis en casa", le dijo Emilio Pérez Touriño, el presidente socialista, a los jóvenes. "Si os dormís, podéis despertaros con una pesadilla del PP por más de cuatro años, os necesitamos, os necesito".
En eso consiste la campaña del PSOE, que también tiene estrellas invitadas, como José Blanco y Leire Pajín ayer, Felipe González hoy y Zapatero mañana. El presidente estará sólo dos veces en campaña, y nada de pueblos. Capitales de provincia. Hoy Rajoy visitará la suya, Pontevedra, en el mitin central del PP en una gran plaza de toros. Ahí sí estará con Feijóo. Pero después volverá a su ruta pueblo a pueblo.
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