_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Paté de campaña

Los partidos tienen dos vidas: una propia y otra ajena. La propia, si no hay sobresaltos, dura unos cuatro años menos 15 días. La ajena coincide con esas dos semanas en las que los líderes, los cargos públicos, los elegibles se sienten solos, extraños y un tanto desvalidos. En ese momento llegan a resultar incluso tiernos, como un niño perdido en el parque. Ahora que ha comenzado la campaña oficial (la otra dura siempre por sí misma) se habrán fijado en la necesidad de calor humano que reclaman las formaciones políticas. Por ejemplo, un mitin no es sino una reunión familiar a la que uno acude para que le digan que el recién nacido es guapísimo, aunque sea más feo que un pie (esto lo he copiado de un ingenioso anuncio). Al mitin se va a aplaudir como se puede ir a aplaudir a un maltratador en El diario de Patricia. El candidato habla para los medios (especialmente para las televisiones) y el público aplaude al candidato para que salga en las televisiones en un clima de fervor.

Pero hay más. Antes que los mítines están las plataformas de apoyo a éste o aquel candidato. A mí me gustan estas muestras de sinceridad pública, sobre todo en un país dominado por el miedo, donde se prefiere vivir con poca luz y huir del sol del mediodía. Me gustan, aunque ya sé que entre líneas se pueden leer algunos casos de "¿qué hay de lo mío?" u otros de "no creas que yo no estoy contigo." Para los que miramos reconozco que hay un punto de voyeurismo, y para algunos de los que se apuntan hay una parte importante de exhibicionismo. Aun así, creo que hay más sinceros que falsos, aunque reconozco que no he rastreado hasta el último detalle los apoyos a Ibarretxe o Patxi López para comprobar si alguno no se ha colado en las dos plataformas por si llueve o sale el sol.

De momento, me quedo con los futbolistas, actores, médicos, funambulistas, barberos, filósofos, candidatos a algo o candidatos a nada que han tenido la valentía de decir públicamente que apuestan por alguien o por algo (si me dan a elegir, me quedo con lo segundo). Ése era un territorio que parecía reducido a la izquierda abertzale, tan dada a dar ruedas de prensa multitudinarias donde sólo acaba hablando uno, y a firmar, y firmar, y firmar manifiestos de intelectuales (?), futbolistas, presidentes de coordinadoras al uso y así.

"¡A la calle, que ya es hora de pasearnos a cuerpo!", escribió hace muchos años Gabriel Celaya en un contexto diferente (¿o no tan diferente?) Decir lo que se piensa es una buena profilaxis social y personal, aunque muchos de los firmantes extrañen a algunos de sus compañeros de viaje y ansíen a los viajeros del otro tren. Creo que las plataformas de apoyo a Ibarretxe y a Patxi López reflejan, en todos los sentidos, la realidad del país. Otra cosa es que los candidatos, tan desvalidos ellos, se hayan dado cuenta o sigan revueltos en la maraña del paté de campaña.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_