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La precampaña del 1-M | Examen a la legislatura

En Galicia ya no hay temporales

Los trabajadores eventuales son las primeras víctimas de la crisis en la industria

María Fernández

Galicia tiene el consuelo de los tontos. Aquí el paro crece, pero menos. Lo cierto es que lo hace más lentamente que en el conjunto de España. En cuatro años el desempleo ha sumado 1,3 millones de parados, frente a los 14.700 que ha añadido Galicia a su cuenta particular. Son datos de la Encuesta de Población Activa, que también hablan de que 9,7 personas de cada cien en disposición de trabajar no lo hacen porque nadie las contrata. En España son ya casi 14 de cada cien, y algunas voces dicen que no muy tarde serán el 20%.

Los expertos se han pasado el último año explicando las causas de este distinto comportamiento. Ocurre que Galicia es, junto con Asturias, una de las comunidades que menos ha abusado del ladrillo. En consecuencia, la sangría del desempleo en la construcción y la promoción inmobiliaria se nota en menor medida. También ha ayudado el hecho de que la economía creciese a un ritmo superior al experimentado por el conjunto del Estado. Otros flecos están en los fondos europeos, que siguen llegando, y la licitación de obra pública, que se ha acelerado en el último año. Incluso el argumento de que Galicia no agranda su población ha corrido a su favor, haciendo que sean pocas las personas que se incorporan al mercado laboral.

Sea como fuere, las voces más críticas lo achacan a que las cosas, buenas o malas, llegan siempre con retraso, y en el tema del paro no iba a ser distinto.

Los primeros perdedores son los trabajadores temporales. Ellos son la fuerza laboral que hace más flexible la producción en las empresas, y los más desfavorecidos a la hora de cobrar indemnizaciones.

Empezó por los servicios y la construcción, pero el drama ha llegado al empleo de mayor calidad: el industrial. El ejemplo más claro está en la fábrica de Citroën, que en los últimos meses no ha renovado el contrato a 1.800 personas, la mayoría jóvenes que ingresaban entre 1.200 y 1.400 euros al mes por trabajar en alguno de los dos turnos de noche que acaban de desaparecer. A medida que pasan los meses, los siete millones de euros que la Consellería de Traballo se gastó en diciembre para evitar Expedientes de Regulación de Empleo se parecen cada vez más a una barrera de papel que la marea de la crisis ha desbordado. Por el momento, y ante el alcance internacional del desastre, los grandes sindicatos prefieren no hacer ruido. Todos excepto la CIG firmaron con la patronal y con la Xunta este verano el Pacto por la competitividad, y por ahora no están apelando a la movilización.

Sobre lo que va a ocurrir, tampoco hay muchas certezas. Parece evidente que la cartera de Traballo será de las menos envidiadas en la próxima legislatura. El partido que gobierne va a ver que, como mínimo, 90 personas se inscribirán en listas del Inem cada día. En algunos sectores el empleo se destruirá de forma permanente y las familias que se han quedado en paro el año pasado dejarán de percibir prestaciones, como muy tarde, en 2010. El actual conselleiro, Ricardo Varela, aseguraba en diciembre que la primavera traería la recuperación. Ahora pocos se atreven a firmar ese pronóstico.

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Las propuestas de los partidos

- PP. Incentivos a las empresas para la contratación y para el trabajo autónomo, en especial de los jóvenes. Mejora del servicio público de empleo. Empleo estable para los emigrantes gallegos.

- PSOE. Mantener la tasa de paro dos puntos por debajo de la media española. Potenciar la contratación de 20.000 personas cada año a través de incentivos a pymes.

- BNG. Plan integral para la creación de empleo estable. No se incentivarán las modalidades de contratación temporal. Creación del Instituto galego de emprego e formación.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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