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Reportaje:

Tributo al teatro comprometido

Durango recuerda la labor de la compañía Geroa tres décadas después de su primer montaje

En el mundo de la cultura, a veces la simple acumulación de años de labor es motivo de reconocimiento, independientemente de los logros obtenidos. No parece ése el caso de la compañía teatral Geroa, cuya tarea no ha caído en el olvido, pese a que ofreció su última función el 13 de marzo de 1997 en Eibar. Sus siete impulsores iniciales y el centenar de personas vinculadas a ella pueden presumir de haber fomentado el desarrollo de las artes escénicas en Euskadi, de ser pioneros en muchos aspectos y de disfrutar de éxitos de público y crítica, aunque hicieron de la asunción de riesgos la esencia de su trabajo.

Por eso, el Centro Cultural San Agustín, de Durango, le ha venido rindiendo en los dos últimos meses un homenaje con cinco representaciones y una muestra, cerrada ayer, que ha rememorado su trabajo y su legado, 30 años después del estreno, en enero de 1979, de Kaixo Aguirre.

La formación desapareció en 1997 después de realizar 19 montajes

Esa creación colectiva, con versión literaria de Ramiro Pinilla y dirección de Antonio Malonda, fue el primer montaje profesional de una agrupación surgida en los años sesenta en el seno de la asociación cultural Gerediaga. Tras funcionar 12 años como aficionados, el intercambio de experiencias y enseñanzas que permitió la formación y gestión de la escuela de teatro Durangoko Antzerki Eskola desembocó en su profesionalización. En el País Vasco sólo existía el precedente de Cómicos de la Lengua y Akelarre.

"Éramos lo suficientemente locos y aventureros para dar ése salto, y eso que los siete trabajábamos, cobrábamos nuestros sueldos regularmente. No era una cuestión de que estuviésemos en el paro", subraya Paco Obregón. El director se presenta como "ideólogo y creador" de la compañía que "abrió el teatro profesional vasco al resto de España".

En sus casi 19 años de vida, Geroa llevó a escena en 1.500 ocasiones sus 19 montajes, se embarcó en una gira por Nueva York y varias ciudades canadienses, creó un concurso de textos teatrales inéditos y gestionó el Salón Dominical, pequeño teatro de Durango. El balance de su actividad no pude olvidar que fue escuela y trampolín para profesionales como los actores Alfonso Torregrosa y Julio Perugorria, el escenógrafo José Ibarrola, el productor Jesús Cimarro o el actual productor ejecutivo de Animalario, Joseba Gil.

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Junto a aplausos, buenas críticas y varios premios, también son recordadas polémicas alimentadas por espectáculos como Doña Elvira, imagínate Euskadi, con texto de Ignacio Amestoy o Grand Place y Ertzaina al pil pil, ambos de Mario Onandia, reflejo de la audacia de una compañía que no quiso aislarse de su entorno político y social.

Obregón dejó la compañía en 1990, por lo que no puede explicar qué determinó su fin. La actriz Rosa Martínez alude a una serie de circunstancias "más externas que internas". "Las compañías de teatro independientes empezaban a desaparecer y se demandaba otro tipo de espectáculos. Intentamos adaptarnos a ese cambio, pero el mercado teatral, los políticos y el público en general no nos concedieron el tiempo necesario. Hubo muy poco apoyo", sentencia.

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